Indefinidos... y parciales

La última reforma laboral aprobada hace algo más de un año por el Gobierno ha reducido la temporalidad de los contratos de trabajo, pero al mismo tiempo ha aumentado la proporción de los que son por horas o fijos discontinuos

La estabilidad en el empleo puede venir acompañada de un perjuicio en el salario o en gastar el paro algunos meses
13/03/2023
 Actualizado a 13/03/2023
Hace ya algo más de un año que entraba en vigor la última reforma laboral acordada por el Gobierno de España con la patronal y los sindicatos «para acabar con la precariedad y la temporalidad». Entre las novedades, se recuperaba la ultraactividad con carácter indefinido y las condiciones. Las condiciones establecidas en un convenio colectivo siguen en vigor después de que finalice su vigencia expresa. Además, se derogaba la prevalencia salarial del convenio de empresa sobre otros convenios. Pero el gran cambio es que el contrato habitual en nuestro país pasaba a ser el indefinido, mientras que en el caso de los temporales se recuperaba la causalidad, que tiene que estar «profundamente motivada y restringida», según explicaba entonces la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Y es verdad que los datos reflejan un descenso de la temporalidad en la contratación y por lo tanto en las relaciones laborales que gestionan las ETT. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ese incremento del peso que la contratación indefinida ha adquirido en el mercado de trabajo en la provincia de León llega acompañado de más contratos por horas o fijos discontinuos, es decir, que se consideran indefinidos pero están vigentes solo durante determinadas épocas del año, con el perjuicio que ello supone en materia salarial o en lo referido a tener que cobrar prestación por desempleo en los meses en los que los trabajadores fijos discontinuos no tienen actividad pese a ser indefinidos.
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