Imserso, que te meto

Desde que murió Pelayo, el capador de Las Salas, en toda la montaña no se hace buena cirugía, es más, en toda la provincia. Desde que murió Santiago, el pastor de Argovejo, que andaba por la calle con una pistola que sólo mataba a ecologistas y obispos–te disparaba, y si no eras ecologista ni obispo no te hacía ni cosquillas– los lobos campan a sus anchas; desde que murió el Tío Primo, maestro de las cuatro reglas, ya no saben echar las cuentas ni en las elecciones...

Un sindiós.

Y ahora viene el Imserso a tocar los cojones, «hablando claro y pronto», como dicen en mi pueblo cuando se enfadan con cara de alicatarte la cocina aunque ni lo necesites ni tengas azulejos ni cementocola.

M’explico, que parezco un tumbainstituciones sin ton ni son. Lo ponía ayer el periódico en página impar: «El Imserso dejará este año sin viajes a 11.500 jubilados en León».

Vamos a ver, que nos ponemos a recortar y le quitamos el badajo a la campana. ¿11.500 jubilados todo el invierno en León y enfadados? El acabose.

Volviendo a lo tocante a los lobos. Dicen los ecologistas que no mató Santiago que los lobos mantienen el equilibrio del ecosistema. No me aparto, porque no sé lo que significa pero, ¿no mantiene el Imserso el equilibrio del ecosistema? Tú te imaginas lo que son 11.500 jubilados sueltos, vigilando obras a mayores de las que ya vigilaban los que no iban a Torremolinos? ¿tú te imaginas cuando le digan a las mis Margas que pongan música que van a bailar con ellas como hacen las camareras de Benidorm, que antes de que bajen les dan cursillos de cómo se baila haciendo que muevan las caderas de titanio?, ¿tú te imaginas los concejos de febrero y marzo con los jubilados enfadados porque el chorizo de la tapa les da reflujo y erutan?

A esto hay que ponerle remedio.