Impulsar la enseñanza pública

La Ministra de Educación se ha marcado como objetivo de su gobierno impulsar la enseñanza pública. ¡Enhorabuena, Señora Ministra! Para un profesor que ha dedicado toda su vida a la enseñanza pública esta es una gran noticia. En lo que no podemos estar de acuerdo con usted es en el modo de llevar a cabo este impulso. El objetivo del Ministerio es modificar el artículo 109. 2 de la Lomce: «Las Administraciones educativas programarán la oferta educativa de las enseñanzas… tomando en consideración la oferta existente de centros públicos y privados concertados y la demanda social».

La clave está en esa demanda social. En una democracia no podemos eliminar de un plumazo el derecho de los padres a la elección de centro para sus hijos. Y no nos sirve el razonamiento simplón de que hay que poner coto a este privilegio de las familias por el auge en la petición de la enseñanza concertada. Contra el derecho de los padres a la elección de centro la ministra fue tajante: «Los servicios públicos no se pueden dar a la carta».

No creemos que ese sea el camino. Es necesario dignificar la enseñanza pública de tal manera que los padres la vean como la ideal para educar a sus hijos. Debemos partir de un equilibrio en las condiciones entre la pública y la privada: igualdad, proporción y simetría en el número de alumnos emigrantes, de educación especial, de estratos sociales más desfavorecidos o de alumnos conflictivos. Si partiendo de un equilibrio inicial la privada sigue aumentando sus solicitudes, es necesario que la pública «se lo haga mirar y se ponga las pilas». Posiblemente deberá mejorar en el control del comportamiento y la convivencia en los centros, apoyar al profesorado para que se sienta con dignidad y autoridad y, si llega el caso, exigirle más profesionalidad y dedicación a sus alumnos. Es importante mejorar el bilingüismo. Posiblemente ayudase la publicidad de sus éxitos porque es muy triste comprobar que en las listas de mejores notas de selectividad, premios extraordinarios, olimpiadas de física o química, canguros matemáticos, oratoria y todo tipo de concursos, los primeros puestos están ocupados por alumnos de la pública pero lo que aparece en los periódicos son las excepciones de la privada.

Señora Ministra, nuestro apoyo total a impulsar la enseñanza pública, pero no a la fuerza, sino por el convencimiento y la demostración de que somos mejores.