Importancia de la junta vecinal

En España existen instituciones oficiales por debajo del nivel municipal. Se trata de las Entidades de la Administración de Tamaño Inferior al Municipio (EATIM), que son 3355. Bajo ese paraguas se agrupan instituciones anteriores a la existencia de la figura de la ‘Junta Vecinal’ de distinta naturaleza por toda España. Es llamativo que la provincia de León contenga 1226, el 36,5% de las de todo el país. Supone que prácticamente hay una en cada pueblo, de modo que, de los más de 1400 pueblos leoneses, una parte son cabeceras de ayuntamiento que en buena medida la han perdido, subsumida en él. Pero no todos los 211 núcleos con ayuntamiento leoneses han perdido su junta vecinal. Además, hay poblaciones agrupadas con alguna próxima, como si fuesen barrios, en la misma junta. Es el caso de Fuente de Oliva, en Balboa, agrupado con Castiñeira.

Las juntas vecinales leonesas son singulares, constituyen la identidad más profunda de lo leonés y debieran ser mejor atendidas, supervisadas y vigiladas. Se puede argumentar que existen juntas vecinales en abundancia en Burgos, Palencia, Navarra o Cantabria, pero no tienen las características de las leonesas. Las juntas vecinales leonesas son las mayores propietarias de suelo de la provincia, por encima de los ayuntamientos, la Junta de Castilla y León o los particulares. Casi el 40% de la superficie provincial es comunal. Resulta asombroso que no se ponga más atención en unas instituciones con este gigantesco potencial para poner en valor el territorio. Mucho más si tenemos en cuenta que poseen casas, escuelas y molinos, mantienen y reconstruyen las iglesias y cementerios, son esenciales para la prestación de servicios esenciales en muchos núcleos, por encima de los que presta el ayuntamiento. Son el cemento social de León.

Las juntas vecinales leonesas son articuladoras del territorio, pero los de fuera de León ni las conocen, ni las entienden. Por ejemplo, en Galicia hay 9: una en Orense y 8 en Pontevedra. ¿Cómo pueden entender el fenómeno leonés? ¿Y en Castilla? En Zamora hubo tantas como en León, pero se constituyeron en ayuntamientos, solapándose. Eso explica los abundantes terrenos de propiedad municipal zamoranos, las hacenderas municipales o costumbres típicamente comunales, pero desarrolladas allí desde el ayuntamiento. En Salamanca se repite este esquema en buena parte de la provincia.

El desarrollo integral de la provincia de León pasa inexcusablemente por la cuantificación y escrituración de los bienes comunales, la auditoría externa de su gestión, el aumento de los concejos abiertos con una participación regulada. Son el cemento social leonés.