¡Importábamos jabalíes!

No tenía conocimiento de que en España se estaban importando jabalíes, y menos que se estuviera haciendo desde Castilla y León. El haberlo autorizado hasta ahora me parece una irresponsabilidad de las autoridades agrarias españolas y de Castilla y León, cada una en el ámbito de sus competencias, y ello porque representa una innecesaria alteración del ecosistema y un riesgo cierto de contagio de enfermedades animales y zoonosis. Los jabalíes han pasado en pocos años de ser una especie cinegética más o menos común en determinados territorios, a ser casi una plaga a lo largo y ancho de nuestra geografía, y si sobran tantos, no entiendo el interés de importar, salvo por un valor de lo exótico que se me escapa de mi capacidad de análisis. La decisión que han tomado las autoridades sanitarias europeas de prohibir este tránsito comercial de jabalíes entre países miembros se basa en el riesgo cierto de transmitir la Peste Porcina Africana, una enfermedad que cuando aparece en la cabaña ganadera obliga al sacrificio masivo de animales, a las más severas normas de cuarentena, y a restringir el comercio internacional durante años o décadas. Pero no solo trasmiten la PPA, sino también enfermedades tan conocidas como la tuberculosis bovina, objeto de las campañas de erradicación de nuestro país y de todos los de la Unión Europea. Alguien debió de pensar antes de ahora que se estaba poniendo en riesgo, de forma gratuita, la sanidad animal en España, y en concreto en un sector, el del porcino, en el que somos potencia mundial. No ha pasado nada, hasta ahora, porque la suerte ha estado de nuestra parte, y no porque no la hayamos tentado importando jabalíes de estado sanitario al menos dudoso, sin otro fin que el de servir de trofeos de caza a quienes disfrutan liándose a tiros, cada fin de semana, en las grandes fincas cinegéticas de nuestro país. Es difícil convencer a nuestros ganaderos del rigor en los movimientos del ganado, en aras a una buena sanidad animal y sus connotaciones con la salud pública, si con los salvajes somos tan permisivos.