Ilusiones renovadas

Para aficionados ocasionales puede que una mala temporada de su equipo provoque que dejen de ir. Para los fieles es más bien al contrario, lo que hace es que tengas más ganas de que empiece el año siguiente,por aquello de renovar las ilusiones y hacerborrón y cuenta nueva.

A mí me suele pasar con Cultural y Ademar, donde además venimos por desgracia de un año para olvidar. Esta semana se reía de mí en la redacción el tío Joaquín Revuelta, porque tras preguntarme cómo veía este año a la Cultural mi efusiva respuesta vino seguida de un «pero vamos a ver, si eso me lo dices todos los años y luego ninguno hacen nada».

Y a ver, igual puede ser verdad. Puede que sea de la escuela de Toshack, con aquella frase tras una derrota en la que dijo que «los lunes pienso que tengo que cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado que tienen que jugar los mismos cabrones de siempre». A mí me pasa eso pero aplicado a la ilusión, que paso de pensar que otra vez va a ser el desastre de siempre, a creer que igual no es tan malo, empezar a pensar que pinta bien la cosa y acabar por decir que este va a ser el año. Es la evolución por la que paso de finales de mayo a principios de agosto, aunque en verdad también a veces de partido a partido durante una misma semana.

Pero claro, a estas alturas toca estar arriba, aunque la mente te dé toques de atención. Por ejemplo con la Cultural. A ver, es que en verdad te parece que se está fichando muy bien, que es el mejor centro del campo en años, que los refuerzos atrás son de garantías, que mejoras muchísimo con respecto a la campaña pasada... Aunque claro, la cabeza te dice que muy bien, pero que si no te deja dudas esa portería o que qué te hace pensar que esta vez si acertarás con la apuesta del banquillo si llevan años saliéndote mal otras similares. Pero es julio, así que le digo que se calle y que toca dar margen de confianza.

O con el Ademar. Que mi sensación es que las mejores versiones de David Fernández y Juan Castro en esta liga marcan diferencias y dan un salto de calidad. Pero la mente dice: ¿y qué te hace pensar que ya no serás un desastre en defensa? Y la verdad, reconozco que esa pregunta ni a estas alturas de año la logro silenciar.