Ignacio Torres: "No hemos conseguido el reto de frenar el declive de la especie"

Ponga (Asturias) acogió ayer un seminario en el que se presentaron los resultados del programa Life+ Urogallo cantábrico que finaliza en diciembre

Estefanía Niño
16/11/2016
 Actualizado a 24/08/2019
El urogallo cantábrico continúa en una situación critica. | LIFEUROGALLO
El urogallo cantábrico continúa en una situación critica. | LIFEUROGALLO
La localidad de Ponga (Asturias) fue el escenario elegido ayer para presentar los resultados finales del proyecto LIFE+ Urogallo cantábrico, dando a conocer las medidas que se han llevado a cabo durante los últimos seis años para conservar a esta especie emblemática en peligro de extinción. Este proyectotiene como objetivo fundamental frenar el declive de esta subespecie endémica del noroeste de la península ibérica y fomentar su recuperación. Comenzó en octubre de 2010 y finaliza en diciembre de 2016.

Es positivo y satisfactorio que hayamos trabajado en más de 500 hectáreas, y que más de 120.000 personas hayan visitado las exposiciones, hace que exista un conocimiento más profundo de la especie El director del proyecto y subdirector de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Ignacio Torres, explicó a La Nueva Crónica que con el proyecto a punto de finalizar las sensaciones son contradictorias «hemos cumplido con nuestro deber, el proyecto se ha realizado según lo programado, y hemos conseguido homogeneizar acciones». Sin embargo, asegura que «no hemos conseguido el principal reto, el frenar el declive de la subespecie de urogallo cantábrico, pero es positivo y satisfactorio que hayamos trabajado en más de 500 hectáreas, y que más de 120.000 personas hayan visitado nuestras exposiciones, hace que exista un conocimiento más profundo de laespecie en la sociedad».

Este balance también incluye el futuro de la especie, «el centro de cría en cautividad cuenta con 22 ejemplares, un stock genético muy potente para seguir trabajando en la reintroducción de la especie en su hábitat». Torres aseguró que no existe una cifra estándar que marque en que momento la población de urogallo deja de encontrarse amenazada, pero argumentó que «ha desaparecido del 70% de los lugares que ocupaba hace apenas tres décadas» por lo que «lograr que esos territorios volvieran a estar ocupados nos alejaría del peligro crítico». En 2005 se hizo un censo de 500 ejemplares, de los que entre 200 y 300 eran machos,» ahora estaremos por la mitad de esa cifra». Y de ahí precisamente llega otro reto de futuro «hacer un nuevo censo utilizando nuevas tecnologías, como por ejemplo el análisis de excrementos, lo que nos permitiría realizar un análisis individual».

El programa Life finaliza, pero la idea es seguir trabajado. «No existe un proyecto a corto plazo como tal, pero la comunidades autónomas tienes planes de conservación, también los hay en las zonas ZEPA y la Fundación Biodiversidad siempre estaráserá una aliada».

Elproyecto ha contado con una dotación de 5,9 millones de euros cofinanciado al 50% por la Unión Europea a través de los fondos LIFE+, y cuenta como socios con las comunidades autónomas de Cantabria, Principado de Asturias y Castilla y León, esta última a través de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León; el Consorcio Interautonómico para la gestión coordinada del Parque Nacional de los Picos de Europa; SEO/BirdLife, Tragsa y Tragsatec y con la financiación del Organismo Autónomo Parques Nacionales y la Fundación Iberdrola España.


Acciones


Las acciones realizadas en el marco de este proyecto Life se centran en la gestión del hábitat, la reducción de amenazas naturales y no naturales, usos tradicionales, el programa de captura y marcaje, la participación social y el intercambio de experiencias.

Se han llevado a cabo claras, clareos y otros tratamientos selvícolas con objeto de obtener unas masas con mayor diversidad estructural y específica, adecuadas para el urogallo. Desde el año 2010, se ha actuado en 408 hectáreas -245 ha de arbolado, 163 de matorral y 148 de las acciones de custodia del territorio-. En lo que se refiere a amenazas no naturales, desde el inicio del proyecto, se han retirado o señalizado 60 kilómetros de vallados peligrosos en las Zonas de Especial Protección para las Aves, yse ha reducido hasta cuatro veces el impacto acústico de la subestación eléctrica situada en el Puerto de Panderruedas, y también el riesgo de electrocución. Por otro lado, dentro del programa de capturas, marcaje y retirada de puestas del Life+ Urogallo cantábrico, se han marcado un total de 13 ejemplares.
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