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Idus de febrero 6: Los jueves, milagro

20/02/2022
 Actualizado a 20/02/2022
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Miércoles

El intríngulis electoral regional nos ha dejado a medias, sin resolver del todo el suspense: el mayordomo aún no confiesa. Aparte de los fiascos de los partidos que han gobernado el país y del auge de los localismos, se entresaca una conclusión: la extrema derecha avanza sobre los cascotes de fallidos partidos ‘de centro’. Hay un voto huérfano, desamparado por las opciones tradicionales, que se guarece en las bravatas y disparates de los herederos de la caverna.

Con este panorama, la imagen de nuestra bífida región ha quedado en España a la altura del pedregal, ungida como ‘facha’ por doquier, quizás el primer lugar donde un grupo así acabe por entrar en un gobierno. No sería el último si esa espita se abre, no sería el primero si contamos los que gobiernan ‘apoyados en’, ya que nos ponemos tiquismiquis. Puestos al disparate, Madrid sigue siendo el rompeolas de España.

Con todo, aún podría darse la vuelta a ese ultraje. Imaginemos. Podría –oh, maravilla– producirse un fenómeno inédito que, al fin, nos situara al nivel de lo mejor de Europa, podrían ponerse de acuerdo los demás partidos para dejar fuera de las instituciones y hasta de las decisiones parlamentarias de calado a este otro. Podría tenderse ese nombradísimo «cordón sanitario» por primera vez aquí, en Castilla y en León, en la tierra quejosa y sola, dando así –oh, portento– ejemplo al resto del país, dejando de ser santos e inocentes. Se contarían en las Cortes 68 escaños, descontados los 13 de marras, con los que trabajar; suficientes. Podría ser.

Porque ya se sabe lo que quieren tales señores: lo primero y de momento único que han pedido es quitar, no proponen salvo retroceder. El punto de destino ya se conoce. No había acabado el recuento y ya exigían derogar lo que llaman ‘legislación izquierdista’, leyes que protegen a quienes lo necesitan, redactadas por una derecha conservadora con 35 años de gobierno: ‘izquierdista’, dicen. Leyes que luchan contra agravios y desigualdades, y cuya eliminación mutilaría derechos fundamentales: los de las mujeres y las víctimas de la dictadura. Machismo y franquismo.

Es sabido que nada han aportado en Europa salvo miedo y anomalías, allí donde se les ha dado margen y donde gobiernan amenazan la separación de poderes, la prensa, a las inmensas minorías... En esos casos Europa está reaccionando para combatir sus atropellos. Hagámoslo también aquí, adelantémonos por una vez. Usemos esa ‘superioridad moral’ que, dicen, no es ‘patrimonio de la izquierda’ no dejando acceder cierta ‘política’ a gobiernos donde solo pretenden cercenar derechos. Es el momento en que la derecha española descargue el fardo de la dictadura y se homologue moral y políticamente. Parece que el PP está por la labor…

Jueves.

– Oye, ¿te has enterado de lo de Ayuso y Casado?

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