Foto Turrado Crónica (nueva)

Identificar al incendiario

23/10/2020
 Actualizado a 23/10/2020
Guardar
Todos nos alegramos de que la campaña contra incendios forestales en la provincia de León se haya saldado con una superficie quemada muy pequeña y que en su mayoría haya sido de pastizal y monte bajo en vez de superficie arbolada de alto valor. Esta tendencia ya se veía en el mes de mayo y así lo valoró la Junta, y en este mismo espacio de opinión ofrecí mí versión que el tiempo ha venido a corroborar. El año ha sido propicio para los incendios después de una abundante primavera y una sequía alargada hasta ahora, hasta mediados de octubre, y no se han producido incendios porque los incendiarios no han ido al monte como consecuencia del estado de alarma sanitaria en un principio y de la nueva normalidad después. Tan sencillo como esto, el que va a los pueblos a quemar se ha quedado en su casa y por lo tanto no ha habido fuegos. Con esto se desmonta la creencia promovida por las autoridades forestales de que el monte lo queman los agricultores y los ganaderos, porque en el campo, que yo sepa, la actividad no ha sufrido ni un ápice de cambio debido a la situación de pandemia, ya que nuestros agricultores y ganaderos han salido cada día a hacer sus labores, y como siempre, no se les ha ocurrido prender fuego. No digo yo que hace treinta años no fueran las cosas de otra manera, en unos y otros sentidos, pero en la actualidad los que queman el monte nada tienen que ver con las gentes del campo, al contrario, son enemigos de agricultores y ganaderos que saben que si se quema un monte se produce un acotamiento legal de cinco años durante los cuales hay que cesar en el aprovechamiento, es decir, dejar de pastar con el ganado, a la vez que la finca o fincas quedan excluidas de cualquier tipo de ayuda con fondos públicos. Si el Consejero del ramo quiere felicitar o agradecer a los que cumpliendo la ley no han quemado el monte, que no se dirija a los hombres y mujeres del campo, que en esta ocasión nosotros no somos los responsables de la buena noticia, el mérito es de los incendiarios profesionales no suficientemente identificados.
Lo más leído