Identidad

11/01/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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Desde muy pequeño me han gustado los fogones, y no, no soy un gran cocinero, pero sí me gusta acompañar a aquellos que si lo son y dominan lo que para mi es objeto de admiración, el arte culinario. En esta, nuestra provincia, podemos hacer alarde de poseer buena cocina, de nuestros fogones y más allá de la cecina o el chorizo, tenemos grandes recetas, muchas se están olvidando, por que ahora se lleva la comida deconstruída y vuelta a construir para acompañar con diferentes espumas de sabores, a cada cual más dispar y que es algo que aún no acabo de entender. Los garbanzos son eso, garbanzos, pero ahora los deconstruyen y dicen que son garbanzos, parece un galimatías del arte culinario, y en otras ocasiones, los menús que nos muestran rozan la adivinanza, vamos, si tuviera que elaborar un menú pondría una sección de fritos y entre los platos, este, a ver si somos capaces, «soy amarillo por dentro, tengo blanco el cascarón y aquí me hizo famoso un tal Cristobal Colón», acompañaría con una hogaza de Manganeses y a disfrutar. Miren ustedes, soy un clásico, me gusta viajar por la provincia y cuando tengo que parar a comer algo, siempre intento encontrar un lugar que empiece con casa y le acompañe un nombre propio y sobre todo que sus recetas sean de legado de varias generaciones, algo así como Casa Ana, Casa Andrés, Casa Amancio,… comida de la de aquí, donde aún se le hecha picante, porque al leonés no le puede faltar este complemento. Bañezano y Astorgano a mitades iguales, soy gran admirador de la mantecada, el chorizo, la alubia y por supuesto de los Imperiales, pero no de estos que se han inventado ahora y que no tienen nada que ver. Imperiales Alonso en La Bañeza, desde que abrieran sus puertas en el año 1887, llevan elaborando este dulce compuesto principalmente de almendra y que desde entonces, ha satisfecho los paladares más exigentes. Un dulce de tradición, que más de 100 años después, también mantiene el diseño de su embalaje, esto si es amor y dedicación por nuestras tradiciones culinarias, poder llevarte a la boca un producto nuestro, de la tierra y conmemorar el sabor que nuestros ancestros ya disfrutaban. Los Imperiales, los de Alonso, los de toda la vida y cabe decir, ¡rechace cualquier imitación! Mi más solemne reverencia a todos aquellos que guardan el secreto de nuestra cocina, es el mejor legado que podemos dejar a los que vienen detrás y por supuesto, la cocina leonesa, nuestro mejor emblema, que entre otras cosas, nos confiere identidad.
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