El Abanca Ademar sigue cayendo sin encontrar aún el fondo del pozo en el que se ha metido desde que se reinició la competición tras el Mundial. Parece el equipo de Manolo Cadenas otro distinto al que se marchó al parón invernal y quién sabe si en aquel momento, coincidiendo precisamente con el último partido de la primera mitad de la temporada, el equipo leonés hubiera sido capaz de lo que no logró este jueves, vencer a Huesca. Porque cayó de nuevo el equipo leonés confirmando que la victoria ante el Chekhovskie fue un espejismo marcado por los asteriscos que supuso la actuación arbitral y en Huesca volvió a ser el equipo que no termina de encontrar soluciones para estar en la pelea por Europa.En esta ocasión no estuvo tan mal el equipo leonés en el que estaba siendo su debe hasta la fecha, la defensa, dejando por primera vez al rival por debajo de los 30 goles si bien eso se explica en gran medida por el gran partido de Dino Slavic, que en ausencia de Ghebdane por lesión tomó el protagonismo bajo palos y respondió con una buena actuación que no fue suficiente para dejar el triunfo en el casillero leonés.
Y es que falló el Ademar cuando el partido estaba para decantarse por unou otro lado. La igualdad fue máxima durante la primera mitad, un tira y afloja en el que ninguno de los dos equipos tuvo siquiera opción para lograr una ventaja superior al gol. Se apoyó en ataque el Ademar en su primera línea, con un Semedo que comenzó a parecerse al que se marchó con Cabo Verde al Mundial y sobre todo el aire fresco que es para el ataque posicional Natan Suárez.
De sus combinaciones con Marchán, menos de las esperables para el buen resultado que le estaba dando al equipo leonés, sacó también petróleo el Ademar bien con goles, bien con penaltis que transformó un buen Gonzalo.
Sin embargo, le volvió a costar al equipo leonés defender especialmente en el centro, donde Montoya comenzó siendo un dolor de cabeza para terminar convirtiéndose en una imparable pesadilla. Ello, unido al acierto de Adrià Pérez en el extremo y el brazo de Marcelo llevaron precisamente con un gol sobre la bocina del lateral zurdo a Huesca un gol por encima del marcador.
Necesitaba algo más el equipo leonés si quería llevarse el partido y lo cierto es que lo encontró en la reanudación.Un parcial de inicio de 0-4 puso contra todo pronóstico al Ademar 3 goles arriba, salvando incluso una exclusión de Kisselev y con dos tantos de Lucin como protagonista. Nolasco paraba el partido y veía como su equipo tardaba nada menos que 9 minutos en anotar su primer gol de la segunda parte.
Sin embargo, ese momento sería el último de lucidez del Ademar en el partido. Le daba la vuelta al partido en un visto y no visto Huesca con un parcial de 5-1 que tenía en Montoya a su gran protagonista castigando una y otra vez en los seis metros asistido por Tioumentsev y Sergio Pérez sin que el Ademar encontrara la manera de pararlo.
Eso, unido al atasco en ataque del equipo leonés, fallón hasta el límite con mención especial para un extremo izquierdo irreconocible y obligado a atacar sin fluidez lo que provocó varias pérdidas de Lucin por faltas en ataque llevó a que Huescase pusiera hasta 4 goles arriba. A veces una imagen vale más que mil palabras y la ‘invasión’ de pista de Manolo Cadenas protestando por una clara invasión de área en el enésimo gol de Montoya dejaba clara la frustración de todo el Ademar.
Esa exclusión no hizo otra cosa que dejar visto para sentencia un final de partido en el que poco hubo que decidir, únicamente un resultado final (27-24), que certifica la presencia de Huesca en una Copa Asobal que nadie sabe si se llegará a celebrar y la continuidad en la crisis de un Abanca Ademar que al menos tendrá unos días para descansar tras suspenderse oficialmente la visita del Cisne al Palacio de los Deportes. Lo necesita un equipo que no puede caerseya que queda todo por decidir en la temporada y que además ya sabe lo que es levantarse de un bajón en la primera vuelta. En aquel momento una reunión cambió al equipo. Ojalá vuelva a hacerlo.