Secundino Llorente

Hotel Salauris y Port Aventura

21/07/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Hoy, por casualidad, me he encontrado en el Paseo Jaime I de Salou, junto a la playa, a un grupo de exalumnos de nuestro instituto de León. Me pareció sólo una agradable ‘casualidad’, pero no, ellos me explicaron el porqué.

En los últimos veinte cursos organizamos en el instituto un viaje a Cataluña con ciento cincuenta alumnos de tercero y cuarto de ESO. Un largo fin de semana de cuatro días en los que visitábamos los más famosos monasterios españoles, como Piedra y Poblet, Delta del Ebro, Tarragona romana, un día en Barcelona. Aún ahora se me ponen los nervios de punta al recordar aquellos tres autobuses llenos de alumnos de quince años recorriendo Cataluña. Pero esos tres mil alumnos leoneses siempre van a recordar aquel maravilloso viaje y ahora traen a sus familias en verano para revivirlo, pero sólo en el hotel, en la playa y en el parque.

El hotel Salauris es uno de los más codiciados de la Costa Dorada. Majestuosa entrada, grandes salones y cafeterías, piscinas con cascadas y jacuzzi o spa y gimnasio. Los alumnos solían ocupar la terraza del elegante restaurante con buffet libre, de original presentación, variado, suculento y apetecible, desde las ensaladas a los postres. Y todo ello con un trato familiar de los camareros y cocineros para atender a las necesidades alimenticias de los alumnos que así lo requerían. Cada año era mayor la lista de casos de celíacos y otros problemas de alimentación. Las habitaciones van de acuerdo con la categoría de un gran hotel que se niega a recibir alumnos por miedo a espantar a su elegante clientela, casi siempre extranjeros. Pero los palentinos, Jesús el director y Cristina la gerente, hicieron una excepción durante veinte años para que nuestros alumnos pudieran disfrutar de este verdadero paraíso. Les hemos dado y les seguimos dando las gracias por ese detalle. Ellos están recibiendo la recompensa a aquel excelente trato porque ahora ‘aquellos alumnos vuelven con sus familias al mismo hotel. Supieron sembrar y ahora recogen los frutos. Muchos leoneses van a la playa de Salou para volver a disfrutar del excelente hotel Salauris.

Port Aventura es el mejor complemento al viaje. Creo que este parque de atracciones puede ser interesante para todo el mundo, pero los muchachos de quince años disfrutan de un modo especial de todas las atracciones. Se vuelven locos con el Furius Baco, Tutuky-Splash, Stampida, Hurakan Condor, Sahambhala o Dragon Khan. Entraban corriendo a las diez de la mañana y no paraban hasta las ocho de la tarde. Volvían muertos al hotel, pero felices después de un maravilloso día de desmadre con sus amigos. Esos intensos días de convivencia son muy interesantes para unir los lazos de amistad de estos jóvenes. No lo olvidarán nunca y lo tienen grabado en los miles de fotos de este día.

Siempre tuve muy claro que es muy importante fomentar las relaciones sociales y buena convivencia entre los alumnos, especialmente entre los catorce y dieciséis años. Este viaje se convertía en un sueño desde que llegaban al instituto y muchos alumnos leoneses recordarán esta actividad extraescolar toda su vida. Siempre fui consciente del riesgo que corría con la organización de este viaje, pero pensaba que merecía la pena y estoy muy contento por haberlo realizado. Ahora me doy cuenta de que tuvimos mucha suerte porque el peligro era enorme y nunca ocurrió nada grave.

Me alegro de verlos hoy aquí y entiendo que no es una casualidad encontrarme en la playa de Salou aquellos niños, que ya no lo son tanto, porque desean volver con sus familias a Salou para revivir aquella inolvidable excursión del final de la ESO del instituto en el hotel Salauris y en Port Aventura.
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