07/08/2022
 Actualizado a 07/08/2022
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Por un breve periodo de tiempo el horóscopo fue un reducto de gente grillada o inadaptada. Duró poco: entre el momento en que la mejora de las condiciones de vida se tradujo en un aumento de la alfabetización de la población y este otro en que la astrología se ha convertido en un ejercicio de orgullo.

Porque sí, el Zodiaco es ahora político. La tesis para ello es la siguiente: durante 2.500 años, el avance de la ciencia se ha basado en el empuje del heteropatriarcado (habría que pensar cómo se encaja a Platón dentro de esta categoría, pero su rechazo a mantener relaciones sexuales con mujeres basta para convertirlo en un machista según la posmodernidad), y este último estadio hipertecnológico en el que estamos es el más masculino de todos. El horóscopo, igual que los conjuros de las brujas, serían eminentemente femeninos, argumentan los gurús de esta nueva vaina.

Se puede admitir que durante demasiado tiempo el dualismo yo / Naturaleza ha sido déspota en la forma de mirar la realidad. Que una mayor integración entre el ojo y lo contemplado, como defendía el recientemente fallecido James Lovelock (creador del paradigma de Gaia y ferviente defensor de la energía nuclear como método para preservar la vida en la Tierra), sería recomendable. Pero de ahí a plantear una enmienda a la totalidad del pensamiento científico media una concatenación de mermas mentales bastante importante.

Antes te pillabas la ‘Pronto’ o la ‘Vale’ y ojeabas lo que te decían según tu signo. Solían ser vaguedades suficientemente amplias como acertar o suficientemente fútiles como para ser olvidadas. En aquel intervalo que mencionaba al comienzo, la lectura de esos breves consejos se producía únicamente por las risas. Con las viejas supersticiones no cabía otra cosa que el humor. Ahora te encuentras con publicaciones prestigiosas –tanto como para que intelectuales y jefes de Estado se peleen por ser entrevistados en sus páginas– en las que te recomiendan cuáles son los mejores maquillajes dependiendo si eres piscis o sagitario.

Ante esa ola de mongoladas me vienen a la cabeza dos cosas. La primera, la teoría bastante bien asentada de que todo el horóscopo está mal y que en realidad son 13 los signos zodiacales (hola, Ofiuco), debido a un cálculo no del todo acertado en la eclíptica que traza el sol por las supuestas constelaciones. La segunda es Eloy Arenas recitando en la televisión pública su ‘Horroróscopo’, partiéndose todo dios la caja de quienes se toman en serio esta movida y fían sus relaciones amorosas al ascendente de la carta astral de su ‘partenaire’.
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