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Honores y distinciones de la ciudad de León

15/05/2016
 Actualizado a 15/09/2019
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La ciudad de León –su Ayuntamiento, como institución representativa e insustituible– tiene su reglamento de honores y distinciones para reconocer a aquellas personas y entidades que, por sus méritos, sean acreedoras de un especial tratamiento y afirmación pública. Son los casos de la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad, la Medalla Institucional del propio Ayuntamiento, y la Insignia de Oro de la Ciudad. A ello se le suma los títulos de Hijo Predilecto de la Ciudad de León, Hijos Adoptivos de la Ciudad, y Título de Miembro Honorario de la Corporación. Por último, existe un epígrafe en la reglamentación municipal que recoge la posibilidad de rubricar las cualidades de una persona o entidad –bien nacional o extranjera– quien, por su relación y vínculo con la capital leonesa, sea, también, valedor del correspondiente nombramiento con la sorprendente titulatura de Vecindad Honorífico Turística. Como suena.

Dentro de la referida ordenanza de carácter protocolario se recoge, de igual forma, la Medalla de la Corporación –que se entregará a todos y cada uno de los concejales a la conclusión del mandato-, y el Bastón de Mando, al que, únicamente, tiene derecho el alcalde saliente. Durante el gobierno de Emilio Gutiérrez y a propuesta de él mismo como regidor mayor, se llevó a cabo una modificación del reglamento de concesiones en el transcurso del Pleno celebrado el día 29 de noviembre de 2011 –cinco meses después de su toma de posesión–, con el objetivo y fin de reconducir una situación viciada en el tiempo.

La norma, hasta entonces, indicaba que cada ciclo corporativo se refrendara con la entrega de la medalla –si un munícipe participaba, por ejemplo, en tres actos constituyentes del Ayuntamiento, tenía derecho a otros tantos distintivos–, y a Gutiérrez, con excelente criterio, como garante de los dineros del Consistorio, le pareció excesivo. Un gasto innecesario. Y fue un acierto. El párrafo del reglamento quedó modificado así: "… Estas distinciones no se entregarán en caso de que el alcalde o concejal ya los haya recibido en un mandato anterior…".

En este mismo anexo modificativo se incluyó el nombramiento de Cronista Oficial de la Ciudad, capítulo que no se recogía en la instrucción reglamentaria primitiva, donde se destacan una serie de obligaciones y derechos que explican de manera taxativa cuáles son las funciones del cronista y sus incompatibilidades. Un dato importante, que debe resaltarse, es que, efectivamente, el título de Cronista Oficial de la Ciudad de León tiene el privilegio de ser vitalicio, si bien podría ser cesado quien lo disfrutara "en caso de incumplimiento de sus obligaciones, por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento".

A raíz de ello, debe destacarse que un cronista, por muy docto y suficiente que sea en diversas y especiales cuestiones afectas a la municipalidad –dicho sea en el más amplio sentido del término–, debe tener, desde el primer día, un comportamiento exquisito en sus actuaciones y relaciones institucionales con el Ayuntamiento y, naturalmente, con el propio alcalde, como figura representativa este de los ciudadanos. Al fin y al cabo es el interlocutor periódico de sus investigaciones y trabajos. El cronista, en fin, se debe a la ciudad al aceptar el título, y el Consistorio debe tutelar el honroso cargo y responsabilidad que, por sus cualidades, se le ha entregado.

En cualquier caso, sólo ocho han sido, hasta el momento, los cronistas oficiales capitalinos, relación que iniciaría en 1903 Ramón Álvarez de la Braña. En 1953 quedaría nombrado Honorato García Luengo, y a partir de éste aparecerían los nombres de Ángel Suárez Ema, Victoriano Crémer y Máximo Cayón Waldaliso. Todos en el siglo XX. En la siguiente y actual centuria sería designado, en 2001, el desaparecido Luis Pastrana Giménez. En la actualidad dos son los que ostentan el título; por un lado la medievalista Margarita Torres Sevilla-Quiñones de León, y, por el otro, el destacado y premiado poeta Máximo Cayón Diéguez, hijo del fallecido, en 1987, Cayón Waldaliso.

No obstante, resulta cuando menos curioso que el primer Reglamento Especial de Concesiones de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de León se llevó a Pleno el 26 de marzo de 1990, se modificó quince años después, en julio de 2005, y se aprobó definitivamente cinco meses más tarde, concretamente el 30 de diciembre siguiente. En suma, quince años para dar forma a unos artículos, de los que sólo se vería uno afectado, el cuarto –en su apartado de la medalla corporativa– a los seis años de su aprobación final. La inclusión de cómo y en qué condiciones debía nombrarse al cronista era obligada. El texto articulado que se redactó, evitará, en un futuro, posibles ‘errores’ en cuanto a la iniciación del oportuno expediente informativo para el nombramiento.

Dentro del apartado de la Medalla de Oro de la Ciudad, se desconoce por la mayoría de los leoneses –y de leonesas, claro– que existen tres modalidades: la de oro con diamantes, que sólo podrá ser concedida a los jefes de Estado; la medalla de oro sin añadidos que se otorgará –y es literal– "a las personas que hayan realizado actos que, de manera especial, hayan beneficiado al municipio de León o sus habitantes, hayan tenido resonancia fuera de él y cuyos efectos sean de gran transcendencia".

Tal honor lo tienen –por citar algunos nombres– el periodista berciano Luis del Olmo por su permanente compromiso con la capital leonesa desde su tribuna radiofónica nacional. Jesús Calleja, el famoso aventurero y mediático personaje leonés, conocido en todo el mundo, quien, siempre, tiene un hueco en su ocupada cabeza para hablar de León allá donde se encuentre. O el ahora discutido y, en muchos casos, vilipendiado, Manuel Fraga Iribarne, impulsor convencido del Hostal de San Marcos, establecimiento hotelero reconocido como uno de los más importantes de la red de Paradores. Hay otras varias personas y entidades entre los que cabría citar a la Universidad de León, la Academia Básica del Aire de la Virgen del Camino o la Cruz Roja Española de León. Más recientemente a la Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, y con anterioridad a ésta a las tres cofradías centenarias de la Semana Santa: Angustias y Soledad, Jesús Nazareno y Minerva y Vera Cruz.

La categoría de plata de esta medalla ha tenido mucho menor recorrido. Y todas se han entregado antes de la elaboración del reglamento. Sólo tres personas han sido reconocidas y homenajeadas de esta honorífica manera. En septiembre de 1955 se le entregó al cronista oficial de la provincia, Mariano Domínguez Berrueta; el 14 de marzo de 1957 el Ayuntamiento apuntalaría con su concesión los muchísimos méritos del entrañable y celebrado periodista, Carmelo Hernández Moro ‘Lamparilla’. Por último, y transcurridos tres meses de la anterior entrega, el 13 de junio de 1957 se le haría llegar al notable y admirado médico e investigador, Ramón Coderque Navarro, quien, además de ejercer la cirugía en León, desempeñó la cátedra de patología quirúrgica en la, entonces, titulada Escuela de Veterinaria.

Abundan otras distinciones como la Insignia de Oro de la Ciudad, Hijos Adoptivos, Concejales Honorarios… todos, con alguna excepción, títulos merecidos. Pero esta es otra historia, que se deberá desmenuzar cuando proceda.
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