Historia viva de la Pasión

Las tres cofradías históricas de la ciudad protagonizan el Lunes Santo, en el que el peligro de la lluvia estuvo presente

L.N.C.
15/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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La lluviosa mañana del Lunes Santo hacía presagiar lo peor. Y las gotas que caían sobre las ocho de la tarde parecían confirmar los peores augurios. Pero justo cuando el paso de Nuestra Señora de Angustias cruzaba la puerta de la iglesia de Santa Nonia, los temores desaparecieron y comenzó la procesión de la Pasión, la organizada por las tres históricas cofradías (Angustias y Soledad, Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Real de Minerva y Vera Cruz).

Los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Lignum Crucis completaron el cortejo probablemente más numeroso de los que se celebran en la Semana Santa leonesa, puesto que son también las tres cofradías con más papones en sus filas. Por eso no es de extrañar que el inicio de la procesión fuera tumultuosa, pero no por ello carente de respeto y devoción tanto de los participantes como de los pacientes observadores.
La marcha continuó lentamente por las calles de León, en todo momento plagadas de gente a ambos lados del recorrido, siempre con el temor a la lluvia en una tarde noche que de nuevo volvió a experimentar una bajada de temperaturas que no fue óbice para seguir sin incidencias. Tras dejar San Francisco, el cortejo siguió hacia Fernández Cadórniga, Don Gutierre, San Martín, San Marcelo, Santo Domingo y, de nuevo, la iglesia de Santa Nonia, donde la procesión se recogió cuando ya era noche cerrada en la capital.

Pero la procesión de la Pasión no fue la única de un Lunes Santo entregado de nuevo a la Semana Santa. Porque la iglesia de San Mercelo fue el escenario del que salió la procesión del Rosario de Pasión, organizada por la Hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena. Ruiz de Salazar, San Isidro, Serranos, Torres de Omaña, Cervantes, plaza de Regla, calle Ancha y de nuevo San Marcelo fue el recorrido de este cortejo, en donde de nuevo los templos por los que pasaba acogía los rezos de los cinco misterios dolorosos y las letanías.

Por último, la iglesia de las Concepcionistas acogió el inicio de la Adoración Procesional de las Llagas de Cristo, organizada por la cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida, que recorrió las principales calles del centro histórico de la ciudad hasta volver de nuevo al punto de partida.
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