Himno de León

¿Para qué sirve un himno? Pues… para identificar a un país, a un estado/nación o a una colectividad. Es una composición musical que se emplea como representación.

En mi condición de mechendero, medio omañés, algo babiano y un poco luniego, ¡leonés siempre!, no descubro nada si digo que ni en la provincia, ¡autonomía para León ya!, ni en la región leonesa, tenemos un himno oficial que nos represente, más allá de las canciones populares como ‘Viva la montaña viva’, para los montañeses, o ‘Sin León no hubiera España’, música del maestro don Odón Alonso, para los capitalinos, ‘Todos somos de León’, o el ‘Himno a la Virgen del Camino’, ‘Quiero perderme en El Bierzo’ o ‘A Ponferrada me voy’, por poner unos simples ejemplos.

Para mí, rozando la hipérbole, escuchar «Sin león no hubiera España…», ¡ojo!, musicado, ¡tan solo!, con dulzaina y tamboril, es como oír la melodía de una balalaica rusa, ya que echo de menos los sones del terruño que me vio nacer y crecer. Aunque, in illo témpore, en Abelgas, el tío Alejandro, del barrio de Portugal, ya tocaba el rabel, y Nemesio, el del Sendero, el chano con el acordeón, y Felipa, del barrio de Abajo, la pandereta...

Si bien, al escuchar el himno de Omaña, en la plataforma Youtube, con Javier Beltrán al acordeón y música de Carlos Rubio, visionando, de paso, magníficas fotos de mi amigo Paco Álvarez, reconozco que me emociona y hasta me roza el alma.

¿Sería posible tener un himno que nos represente a la mayoría de los leoneses?

Pues no lo sé, pero bien la Diputación o el ILC deberían darle una vuelta y, si procede, crear una fusión, una mixtura, que incluya a la mayor parte de los sones e instrumentos que pululan por nuestra tierra…, no olvidemos que somos encrucijada de caminos y culturas, como la bandurria, la guitarra, el acordeón, la pandereta, la dulzaina, el tamboril o la chifla. ¡Ahí lo dejo! Salud.