Hilando los legajos de la Casa de Villafranca

El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Girona Joan Bosch regresa al Bierzo para estudiar ‘in situ’ nuevos hallazgos sobre Cabeza de Alba y La Colegiata

D.M.
02/01/2020
 Actualizado a 02/01/2020
Los restos del antiguo monasterio de Cabeza de Alba, cerca de Toral de los Vados, que se revela mucho más trascendente de lo creído hasta ahora.
Los restos del antiguo monasterio de Cabeza de Alba, cerca de Toral de los Vados, que se revela mucho más trascendente de lo creído hasta ahora.
ponferrada.El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Girona Joan Bosch Ballbona, que lleva tiempo trabajando sobre el Marquesado de Villafranca y descubrió hace unos años la autoría del célebre pintor flamenco Paul Brill de los cuadros de ermitaños del convento de la Anunciada, ha viajado de nuevo al Bierzo para avanzar sobre el terreno en sus nuevos trabajos de investigación.

Siguiendo dos pistas que ha encontrado en los archivos de la Fundación Duques de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda, ha querido releer la información de los legajos justo delante de los lugares clave en los que se centran sus nuevos trabajos, el antiguo convento de Cabeza de Alba, actualmente en ruina, ubicado en el municipio berciano de Toral de los Vados, y la colegiata de Santa María de Villafranca, para comprender mejor, y ante todos los detalles, con todos los matices posibles, la conexión de los documentos con los lugares a los que hacen referencia.

Por un lado, sigue una línea de investigación sobre la fundación, los orígenes constructivos y los avatares del monasterio de Cabeza de Alba «que está conectada a una historia bastante misteriosa» explica. Una historia que ya aclaró un poco hace unos años en un estudio que presentó en Nápoles en el que seguía la pista del cadáver del IV Marqués de Villafranca que fuera virrey de Cataluña y luego de Sicilia, García de Toledo (1514-1577), «el hermano de la mítica Leonor de Toledo, esposa de Cosme I de Medici, duque de Florencia. Murió en Italia pero la documentación revela que fue enterrado en Cabeza de Alba. Es una peripecia muy curiosa, porque en la documentación de Medina Sidonia revela cómo estos cuerpos llegaron a Villafranca desde Italia, en secreto y con extremo sigilo, y certifica que finalmente su destino eraenterrarlos en Cabeza de Alba.Es un espacio muy evocador, aunque esto sea difícil de creer hoy día teniendo en cuenta la condición en que se encuentra».

Aunque afirma que estos nuevos trabajos están aún en una fase muy «incipiente», parecen dejar claro la importancia que desde el siglo XV al XVII tuvo el convento de Cabeza de Alba para los Marqueses de Villafranca. Una fundación «que se pensaba y yo mismo pensaba que era algo marginal y alejada de los núcleos más queridos por la familia , pero que con estos enterramientos se advierte lo contrario, la gran importancia que tenía para ellos».

Queda de manifiesto el contraste de esta afición de estos primeros marqueses de la Casa de Villafranca haciaesta fundación con una etapa posteriorde desatención hacia él de sus descendientes, sobre todo a partir del siglo XVIII, conde la «muerte del V Marqués, Pedro de Toledo. «Hasta el punto que muchas veces la comunidad de capuchinos, que se encuentra en una situación mísera, escribe a los marqueses para pedirles que estén a la altura de la historia dinástica y que les protejan como el edificio y la comunidad se merecería».

Dibujos precarios

Sobre cómo fue la primera construcción del edificio, el profesor Bosch trabaja sobre unos«dibujos muy precarios, a mano alzada», que localizó en el Archivo Ducal de la Fundación Casa de Medina Sidonia «pero que actualmente son los únicos que dan una idea de cómo podría haber sido aquella edificación ahora arruinada y irreconocible». Por el momento, se ignora cómo pudieron ser los enterramientos allí de estos marqueses que quisieron yacer en Cabeza de Alba, «no sabemos si eran sepulcros o lápidas, desde luego no queda nada, se desamortizó a principios del siglo XIX e ignoramos el equipamiento, y si pudo haber algún saqueo. Pero intentar reconstruir la historia del monasterio es muy interesante. Es una información muy dispersa, pero reunida, puede dar una imagen nueva de este espacio que podría ser su primera evocación verídica y que explicaría el sentido de aquella fundación monástica, y casi ermitaña».

Accidentada historia

Por otro lado, desarrolla también otro trabajo de investigación en la Colegiata de Santa María. Se interesa por un personaje, José Álvarez de Toledo (1756-1796), el XI Marqués de Villafranca que se convierte en Duque de Alba cuando se casa como María del Pilar Teresa Cayetana Álvarez de Toledo, XIII Duquesa de Alba, la famosa modelo de los cuadros de Goya.

Fue el Marqués que financió la última etapa de la accidentada historia constructiva de la Colegiata, que quedó finalmente ‘mutilada’, por falta de recursos, con una sola torre, en vez de las dos previstas, y los remates bastos que la caracterizan . «Se trata de un nuevo filón documental que además de confirmar y de precisar los datos esenciales ya conocidos gracias a las importantes investigaciones de 2003 de María Dolores Campos,de la Universidad de León, a propósito de las intervenciones de los académicos Pedro Arnal y Guillermo Casanova, aporta un detallado relato sobre los avatares de los trabajos de finalización del templo que incluyeronla elaboración de su altar mayor y la construcción de la Sala Capitular anexa, resueltos por arquitectos de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que se desplazan a Villafranca a solicitud del Marqués».

Estas fuentes inéditas relatan pormenorizadamente los desplazamientos de los arquitectos y los constructores y los avances de las obras, pero también sus dificultades, las vacilaciones de los arquitectos, sus relaciones con el panorama artístico y arquitectónico local, así como «las suspicacias de los delegados del Marqués, poco conformes con algunas de las ideas y de los proyectos de los académicos, a quienes critican por proyectar en abstracto sin conocer suficientemente la realidad y la historia del edificio». Joan Bosch ha querido «leer esta documentación ‘in situ’, para comprender bien los proyectos tanto del edificio como de su ornamentación para ver en que quedaron y cuanto de ellos se ha conservado hoy en día». Sobre todo quiere analizar los diseños de las plantas y alzados propuestos para culminar la Colegiata preservados en el archivo de los Medina Sidonia y que con diferentes colores distinguen las partes preexistentes de lo añadido a finales del siglo XVIII, y compararlos con los bellos dibujos de 1786 de Guillermo Casanova conservados en el Archivo Histórico Nacional yque publicó la profesora Campos.
Con todo ello, explica el profesor, se podrán abordar ahora de una forma más completa algunos momentos clave de la historia de la Colegiata, incluyendo la peripecia de los arquitectos enviados por el Marqués, que permanecían en la villa durante la primavera y el verano, y las historias cotidianas de los artesanos que trabajaban a sus órdenes. Está convencido de que en conjunto será un capítulo muy vivodel gran relato del combate entre el gusto académico promovido desde la Corte y sus instituciones y el lenguaje del barroco.

Paso a paso, hilando y conectando datos, Joan Bosch continúa su trabajo que esclarece, un poco más la historia más desconocida del Marquesado de Villafranca, confirmándose como un gran especialista en esta casa noble del Bierzo.
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