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Heridas sin cerrar

29/08/2018
 Actualizado a 10/09/2019
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El cierre de Vestas es una de esas puñaladas en la espalda de León que va a dejar una importante herida en la economía de la provincia. No es solo por sus centenares de trabajadores, a los que hay que añadir a los indirectos y todas las familias, sino que también afecta a las poblaciones rurales, precisamente uno de los grandes problemas que acechan a un territorio como el leonés, en el que hay cada vez más personas mayores y, por tanto, cada vez menos asalariados.

Se acabó eso de poner como ejemplo de la poca industria que hay en la provincia a Vestas, una multinacional que daba empleo a cerca de medio millar de personas. Era una especie de excepción entre las pequeñas compañías que intentan sobrevivir en León, porque es difícil encontrar a una empresa con tantos trabajadores. Y ahora se acaba todo.

Ahora lloramos por la pérdida de esta industria fundamental para la economía de la provincia, pero las señales de falta de inversión se llevan dando tantos años que casi sonroja ver a tanto político indignado que clama por la permanencia de Vestas pero que poco habla de la dificultad de la administración para hacer cumplir los compromisos o garantizar su continuidad ligada a las ayudas que se reciben.

Me gustaría saber cuántas personas están trabajando ahora mismo en el León del futuro, en pensar cómo superar estas heridas laborales para que en la provincia cada vez se aspire a más empresas y contratos sin que se dependa de que una u otra compañía reciban ayudas por doquier. Pero supongo que es difícil pedir una estrategia a medio plazo a unos políticos que bastante tienen con salir impunes de tramas corruptas, que en el mejor de los casos supeditan su permanencia en la política a que haya un futuro para el resto de sus vecinos, siempre pensando en plazos electorales más que en planes de desarrollo reales.
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