21/07/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Guardar
¿Será que al final acaban cayendo solitos? ¿Que el tiempo acaba colocando todo –y a todos– en su lugar? ¿El karma? Esta semana hemos visto detener y encarcelar al tal Ángel María Villar –prisión sin fianza, ojo–,un tipo del que muchos advertían de sus prácticas sospechosas pero que durante 30 años fue refrendado por todos y cada uno de los que tenían que votarlo. Muchos sabían, todos consentían, ¿alguien denunció?

También hemos comprobado que no es cierto eso de que los medios de comunicación no informan de los suicidios, y ahora tendremos que reconocer que sólo se silencia que te pegues un tiro si eres un don nadie. Fútbol, política, corrupción.

A unos los desenmascaran, otros van cayendo solitos. Y la mayoría callamos, tragamos, asumimos que este sistematan podrido quizás no tiene remedio, y hay quien piensa que el que tiene poder y no roba es acaso el más tonto de la contrata...

¿Cuántos corruptos quedan en León? ¿Creen que los que está confirmado que les falta un hervorcillo no siguen trincando a la primera oportunidad? Puede que algunos –pocos– hayan cogido miedo, pero los efectos corrosivos del caciquismo y las prácticas mafiosas no tienen límites. Porque díganme quién en León no conoce a algún pájaro de esos que siguen campando a sus anchas por su pueblo, o por Palacio, de esos que creen que pueden ordenar con quién se puede tomar un vino y con quién no...

Lo dice mi amiga Ali: «El tiempo pone a cada uno en su sitio, excepto a algunos... que se colocan solitos». Hasta que caen. Plof.
Lo más leído