"Hago fotos pensando en la gente que tuvo que emigrar"

Andrés Martínez Trapiello regresa con sus rincones de León al Club Peñalba-Casino de León, donde cinco años atrás presentó la exposición ‘Buenos días, buenas noches’. Esta vez comparte cartel con el también fotógrafo y pintor Andrés Sandoval. Dos estilos confrontados en una única muestra conjunta

Joaquín Revuelta
23/02/2023
 Actualizado a 23/02/2023
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No se considera un fotógrafo, pero sus imágenes a menudo lo desmienten, porque en ellas se aprecia una mirada y un buen dominio del encuadre y de la luz, que son aspectos fundamentales para apreciar una buena fotografía. Cinco años después de que presentará en el Club Peñalba-Casino de León la exposición ‘Buenos días, buenas noches’, sobre diferentes rincones de León, este viernes vuelve al lugar de los hechos con una decena de fotografías de la misma serie, con la novedad de que en esta ocasión comparte cartel con el también pintor Andrés Sandoval, en una especie de ‘duelo fotográfico’ entre dos maneras diferentes de concebir la fotografía, más artística en el caso de Sandoval y más naturalista por lo que se refiere a Trapiello. «Uno es imaginación, creatividad, abstracción. El otro es la mirada calmada, sosegada, la búsqueda de la belleza, donde los demás vemos una imagen cotidiana. Sandoval nos introduce, a través de sus fotografías aderezadas con diseño gráfico, en su extravagante mundo onírico: el continuo fluir turbulento de una mente tremendamente imaginativa e incansable. ‘Trapi’ tiene un don y lo comparte con los que le rodean: nos muestra su magia al descubrir y plasmar maravillosos paisajes urbanos en las calles que los leoneses transitamos cada día. Son imágenes reales, sin aderezos, pero que al traspasar el objetivo de su máquina se transforman en estampas de extremada belleza», reza el comunicado de prensa de la exposición que se inaugura este viernes a las 20:00 horas en el Casino de León de la calle Alfonso V y que podrá visitarse hasta el 31 de marzo en horario de 16:00 a 21:30 horas.

Andrés Martínez Trapiello comenta que esta exposición, al menos por su parte, es consecuencia de la que tuvo lugar hace cinco años en el Club Peñalba. «Luis Marcos, presidente del Casino, descubrió que yo colgaba en Facebook todos los días una fotografía realizada por la mañana y otra al caer la noche, fundamentalmente de rincones de León. Le gustaban y me propuso en aquel momento hacer una exposición en el Casino, que se tituló ‘Buenos días, buenas noches’, manteniendo así el espíritu de lo que yo colgaba a diario en las redes sociales. La verdad es que la muestra tuvo una cierta repercusión, lo que me ha animado a continuar con esta práctica que realizo pensando sobre todo en la gente de León que en su día tuvo que emigrar y que cuando ven las fotos en Internet se acuerdan de su tierra», confiesa Martínez Trapiello, cuyas imágenes a menudo se presentan desnudas de gente, probablemente porque elige las primeras horas del día en sus paseos matutinos, desde hace pocos meses por desgracia sin la grata compañía de su perra Tosca. «Antes con la perra, que murió hace unos meses, salía todas las mañanas muy temprano. Te diré que Tosca se hizo muy popular en Facebook porque hubo mucha gente que le cogió mucho cariño aun sin conocerla. Entonces salía por la mañana y coincidía en muchas ocasiones que a esas horas no suele haber gente por la calle y en esas primeras horas del día se dan unos colores muy llamativos. Por otro lado, también me gusta que no haya gente para disfrutar, como digo yo, de ‘mi León’. Lo que sí me ha llamado la atención es que a menudo hay gente que me pregunta por el lugar donde está hecha la foto, personas que pasan a diario por ese mismo lugar pero que no lo reconocen en la imagen», destaca este fotógrafo intuitivo que utiliza indistintamente la cámara que le regaló su hijo, el reconocido fotoperiodista Andrés Martínez Casares, y el teléfono móvil, que por comodidad y dadas sus grandes prestaciones, es una herramienta más que válida para una actividad que lleva practicando  con distinta intensidad desde hace diez años. «Desde hace seis años los paseos y las fotos se han hecho más frecuentes», reconoce Martínez Trapiello, que a la exposición que se inaugura este viernes en el Club Peñalba-Casino de León aporta ocho instantáneas de distintos periodos. «En la exposición anterior todas las fotos eran en color, pero en esta ocasión he querido incorporar alguna en blanco y negro, que creo que describe muy bien algunos ambientes», señala.   Andrés Martínez Trapiello avanza que la exposición ‘Andrés vs Andrés’ propone dos visiones diferentes de la fotografía, pues las imágenes de Andrés Sandoval se alejan del paisaje urbano en una clara apuesta por el arte. En este sentido Trapiello confiesa que le hubiera gustado pintar un cuadro. «A la hora de hacer las fotos me guía solamente el impacto que me provoca un lugar en un momento concreto, sin otro tipo de planteamientos. Mis hijos me regalaron hace unos años un curso con un fotógrafo de renombre. La disculpa es que así visitaba a mi hija, que vive en Barcelona. El curso fue muy curioso pues lejos de desarrollarse en un aula con otros alumnos lo hicimos solos en una cafetería. El primer día el monitor trató de explicarme teoría de la imagen, pero pronto se dio cuenta de que por ahí no íbamos a llegar a ninguna parte y que en mi caso lo que realmente funciona es una especie de instinto que me empuja a capturar el momento, como hice con un amanecer en la plaza de San Marcelo a la altura de donde se encuentra la maqueta de la ciudad».

Preguntado qué opina su hijo Andrés de las fotografías de su padre, Martínez Trapiello confiesa que no suele pronunciarse al respecto. «Pero yo siempre he tenido muy presente un comentario suyo en el que venía a decir que el secreto de una buena fotografía es el alma con que se hace». Atrapar la belleza del lugar, que en un momento determinado es capaz de provocar una emoción y que ésta en cierto modo perdure cada vez que uno vuelve a ver esa imagen es la finalidad que persigue Martínez Trapiello a la hora de dar rienda suelta a su afición. Una emoción que desde hace algunos meses se reviste de melancolía cuando vuelve a contemplar las imágenes o revisita aquellos lugares por los que pasó en compañía de su principal cómplice, su perra Tosca. «Con Tosca salía todos los días, sobre todo el paseo de la tarde, que era muy largo, y la verdad es que hay muchos rincones que me recuerdan a Tosca y con frecuencia regreso a ellos. Es un poco revivir esos momentos agradables y de cariño entre la perra y yo».  
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