Haciendo comunidad

14/09/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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Cada año, cuando se acerca el 23 de abril, reaparece la frase, «haciendo comunidad». Todo hace comunidad y la realidad es que la comunidad no se hace, no acaba de cuajar la penúltima de Martín Villa y a la hora de la verdad los de Busdongo marchan para Mieres, que les queda al lado, los de León para Ikea Oviedo, que buena falta hace una alacena en el pasillo, y los reglamentarios a Villalar, que hay campa y está la tele.

Igual la comunidad se hace de otra manera. Estos mastines cuando sean mayores no se van a marchar para Ikea en las noches de guardia ni aunque Martín Villa vuelva a montar en el coche del SEU y así lo ordene. Estos mastines crecen al calor de la lana de estas ovejas, abren los ojos a la vida viendo a su lado un rebaño amigo. Y saben que la fuerza y la genética de defensa de la tribu se les concede para que nadie interrumpa la paz del grupo, aunque haya que estar toda la noche aguantando las embestidas de las lobadas.

Para ellos eso es estar haciendo comunidad.

Porque así ha sido desde el origen de los tiempos, porque lo llevan grabado en su código genético, porque la mastina madre lo lleva escrito en su leche, porque a nadie se le ha ocurrido en un coche oficial.

Ahí los tienes, haciendo comunidad.
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