23/08/2021
 Actualizado a 23/08/2021
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Se preguntó un día Vargas Llosa a sí mismo: ¿Cuándo se jodió el Perú? Y el cronista, al cumplir los ochenta, y sin otro motivo que no sea ese, se viene preguntando ¿cuándo se jodió España? O tal vez debiera decir: ¿Cuándo se jodió tu paciencia para seguir pensando en una España en progreso y libertad? Difícil respuesta. Y menos viviendo en Cataluña y soñando con un León surgente que ya ni anhela separarse de un Valladolid absorbente y destructivo.

Y, a falta de una vía de escape de protesta mayoritaria y extensiva, tan solo ha encontrado la vía alternativa de la personal y extraña, y peculiar, protesta, que consiste en plantar cara en cada situación que considere ofensiva e ilegal en esta vida. «Haciendo amigos» como lo ha dado en llamarlo el sobrino Alfonso, residente en El Ejido. ¿Se trata de intolerancia? No. Se trata de poner las cosas en su sitio, de ponerle a cada cual delante de su poca educación cívica y de reivindicar el cumplimiento de las leyes; es decir: de vivir en una democracia lo más perfecta posible. En definitiva: de no callare ante la insensatez.

¿Que tu perrito levanta la patita en una esquina en la que vienen meando todos los perros desde hace siglos, y sale la dependienta, toda chula, a reñirte?: pues le cuentas que es una pena, porque has venido desde Alemania solo para darle este gusto el pobre chucho que es hijo de una leonesa incorrupta. Que el médico tu recrimina que tosas en la consulta con la mascarilla puesta y mesa por medio, pues le dices que esa tos la tienes desde niño y nunca ha muerto nadie porque le tosas después de 80 años cumplidos. Aunque hay que reconocer que cada día faltan más gentes bien intencionadas, y que respeten a los demás, por educación al menos. Sería de agradecer. Como escribe Luis Mateo en su cuento ‘Voz de la fiebre’: «La escasez acrecienta el valor de lo que se tiene, de lo que se disfruta».

¡Pero eso es prevalerse de la mucha experiencia y los muchos años! Pues, claro. Y de haber expulsado todo el miedo que nos atenazara durante tanto tiempo. Y de pensar que quienes tienen un verdadero problema no son estos, en el fondo ingenuos paisanos nuestros, sino los afganos, especialmente las mujeres, ahora que los talibanes han tomado todo el poder allende. Y si no que se lo preguntan a la abogada Nilofar Bayat, o a la escritora Nadie Anjuman. ¿Cuándo se jodió Afganistán? Muy buena pregunta. Probablemente comenzó a joderse cuando el pueblo se dejó aplastar por la intransigencia.
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