Alfonso B&W

Hacerse el encontradizo

07/07/2022
 Actualizado a 07/07/2022
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El ilustre Cachafeiro fue mi primer jefe en este cada vez menos noble oficio de juntar letras. Yo tenía más pelo y menos panza, pero a día de hoy no ha perdido la esperanza de encontrarme una novia, aunque sea coja o tuerta. Una de las mejores lecciones que me dio aquellos años, primero en las prácticas y luego como compañero de redacción, fue la importancia que tiene para un periodista saber hacerse el encontradizo. Viene a ser algo así como poner cara de despistado y la mano en la cabeza como para colocarse la boina mientras das vueltas por la zona donde sabes que se está cociendo una noticia con la esperanza de toparse con alguno de sus protagonistas. Y es en ese momento en el que hay que pasar al ataque para hacerse con un titular, aunque solo sea el de que alguien quería hacer algo sin que la gente que le paga el sueldo se enterase.

Eran otros tiempos y la sangría demográfica que han padecido las redacciones de los medios de comunicación en los últimos años hacen que cada vez sea más difícil llevar a cabo este tipo de pesquisas, pero esta semana he podido hacerme el encontradizo cuando los gestores de la cosa pública visitaron de incógnito el clausurado teatro en el que entierran sus raíces algunos de los mejores recuerdos de mi infancia y mi juventud.

Dicen que se escondieron porque el edificio podía estar en riesgo, pero lo cierto es que no vi muchos cascos por allí y al final reconocieron que se mantiene madurito pero resultón. Dicen que no querían levantar expectativas y en este caso les entiendo, porque los leoneses las tenemos ya tan sumamente bajas después de tantos años de abandono bicolor que cualquier atisbo de desbloqueo en alguno de los proyectos pendientes nos anima a contratar una charanga y a descorchar una botella de espumoso.

Y ello pese a que puede ser que el único telón que quieran levantar sea el de la precampaña electoral, porque no es la primera vez que estas cuentas pendientes salen del letargo cuando se avecina una cita con las urnas para luego volver a dormir el sueño de los justos. Un periodista es experto en hacerse el encontradizo y un político en hacerse el huidizo de la realidad, porque a este 2022 se le está poniendo cara de 2011 y las cosas no se desbloquean en un periódico o un plano, sino en un presupuesto y en su ejecución.
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