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Hablemos del tiempo

03/07/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Solemos hacerlo para romper el hielo. En el ascensor, en la oficina, en la calle o en la antesala del dentista.

Suponiendo que «cualquier tiempo pasado fuera mejor» –como pensaba Jorge Manrique– en cuestión de clima, la cosa es a la inversa. Si nieva, truena o sopla el cierzo, la gente se asusta y no sale de casa. Nunca estamos satisfechos, sea por el calor propio del verano, o el frío natural en el invierno. Y nos movemos por el espectáculo de los gurúes del tiempo, que asoman por televisión, con sus informes escatológicos. Pero si quieres saber, con perspectiva, sobre el tiempo, pregúntales a los viejos por el frío, las nevadas, truenos y centellas. Cuando los pueblos eran sepultados por la nieve y, como mi abuelo, de Andarraso, salían para abrir las calles a pico y pala.

Si quieres asustarte, piensa sobre el calentamiento del Planeta. La devastación de las costas por el deshielo del Ártico y de la Antártida, cuyos glaciares se licúan. El deterioro de la flora y la fauna no es una quimera. Ya está en marcha por la deforestación, el envenenamiento de los cultivos y la proliferación de los plásticos que ingerimos. Sobre las guerras y el armamento, habría mucho que hablar, pero lo ignoramos todo. Y, cual flor de temporada, los incendios. Devastadores de la cubierta vegetal y de cuanto cobija.

Los dirigentes hablan y hablan, pero no atajan el problema porque hay intereses. De hecho, estas empresas pagan campañas políticas y sobornos. Mirando hacia ellos, evoco la caída de Bizancio. Enredados en disquisiciones, proyectos y discusiones bizantinas… llegaron los turcos y liquidaron un imperio de mil quinientos años.

La Tierra va camino de convertirse en un desierto inmenso, no apto para la vida. Desde las ciudades ya no se ve el cielo aunque nos preguntamos por él. Por la vida exterior y los extra terrestres. Un tema fascinante a través del telescopio, que me produce inquietud y dudas. Con frecuencia se habla de Marte, del que cada vez se sabe más. Los expertos se preguntan si es posible la vida en su corteza. Mi teoría es que no la hay, ni la habrá. Pero, si alguna vez existió, posiblemente los marcianos, como el homo sapiens de hoy, hubieran acabado con ella.

Puede que El Planeta Rojo, remotamente, fuera Azul. Y que el Planeta Azul de hoy, en un tiempo no demasiado largo, se torne Rojo.
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