Hablemos del suicidio

Cada dos horas y media una persona se quita la vida en España. Diez personas al día y casi 4.000 al año. Estos son los datos de una realidad de la que no sabemos nada

Sofía Morán
08/11/2020
 Actualizado a 09/11/2020
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Cada dos horas y media una persona se quita la vida en España. Diez personas al día y casi 4.000 al año. Estos son los datos de una realidad de la que no sabemos absolutamente nada, un drama silencioso del que nadie parece querer hablar. Y ese es precisamente el problema, que aquello de lo que no se habla, sencillamente no existe. Las muertes por suicidio son invisibles.

Casi 4.000 muertes al año que no generan ningún debate social, que no protagonizan encendidas polémicas en las redes sociales, ni se analizan en las tertulias mañaneras de los programas de televisión donde suele caber casi de todo.

Casi 4.000 muertes al año que los medios de comunicación siguen esquivando con sorprendente maestría, atenazados por esa idea que permanece vigente, aún hoy, de que cuando los medios hablan de suicidios, estos aumentan por el temido «efecto contagio».

Sin embargo, a estas alturas de la película todos los profesionales coinciden en afirmar que, hablar del suicidio es empezar a prevenirlo, es ayudar sobre todo a visibilizar el problema, y a normalizarlo. Se trata de abordarlo con naturalidad y responsabilidad, informando en positivo y alejándonos siempre del sensacionalismo y de la búsqueda constante del apetitoso «clic».

Casi 4.000 muertes al año no pueden seguir siendo un tabú. La estadística es brutal, una bofetada en plena cara que, como mínimo, debería ayudarnos a abrir los ojos. El suicidio es la principal causa de muerte no natural en España, con el doble de victimas que los accidentes de tráfico. Miles de tragedias de las que no sabemos nada porque son un tabú y, como tal, caen directas en el agujero negro de la vergüenza y la culpa, un agujero del que es muy difícil salir.

A veces hablamos de egoísmo o cobardía, y nos preguntamos cómo pudo dejar huérfanos a sus hijos o viuda a su mujer. Damos por hecho que se trata de una decisión libre y personal, sin llegar a entender siquiera que, en un momento así, es el sufrimiento el que decide por ti.

Cuando tu hijo se mata en un accidente de coche, nadie te va a preguntar si no lo viste venir, algo casi habitual cuando se trata de una muerte por suicidio. Y, quizá por eso, cuatro de cada diez familias afectadas mienten sobre la causa de la muerte. Como si no tuvieran ya bastante.

Si hablamos de creencias falsas y prejuicios sociales en torno a la conducta suicida, la lista es larga, pero una de las más inquietantes es cuando se afirma alegremente que quien quiere suicidarse lo va a hacer de todas formas y no se puede evitar. Esto es falso, pero claro, hay que hacer algo, subir el volumen y encender todas las luces. Con casi 4.000 muertes al año es evidente que hace falta un Plan Estatal de Prevención del Suicidio, con campañas que luchen contra el estigma social que acompaña a la enfermedad mental, con una atención primaria efectiva, capaz de detectar a personas en riesgo, y con sólidos programas de formación. Que yo salí de la universidad tras 5 largos años de carrera, sin haber tenido ni una sola asignatura que abordara esta problemática. Este es el nivel.

Hace unos pocos días el cantante Dani Martín presentaba nuevo disco y se hacía la tourné correspondiente por los distintos medios de comunicación. «Llevo visitando psicólogos toda la vida. Cada vez que me surge un problema voy a terapia y un profesional me da herramientas para superarlo. Si no fuera al psicólogo estaría perdido. Creo que también es una lucha para vivir de verdad, para no vivir en el personaje, enganchado a todo lo que te brinda tener éxito. Soy una persona que se quiere salvar y que quiere ser feliz. Por eso necesito la ayuda de un psicólogo», explicaba en una de esas entrevistas. Dani tiene casi dos millones de seguidores en Twitter y 816.000 en Instagram, una repercusión muy importante.

Así que este es el mejor de los ejemplos. Hablar con naturalidad sobre pedir ayuda, sobre acudir al psicólogo cuando hay sufrimiento, es el primer paso para acabar de una vez por todas con el estigma que arrastra la enfermedad mental. Seguro que así salvamos vidas. No como hasta ahora.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
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