Habemus presidente

09/01/2020
 Actualizado a 09/01/2020
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Abracémonos hermanos feligreses, cada uno a su doctrina, pero al fin, ¡habemus presidente!, ¡aleluya! Y es que después de ‘Bienvenido Mr. Marshall’ y otros desvaríos de nuestra política, podemos celebrar, eso sí, no con mucho entusiasmo que tenemos presidente. El precio a tal osadía, pues ya iremos viendo, pero si me pongo en ‘modo encendido’ y en plan Nostradamus, creo que las catástrofes se avecinan encima hermanos, y ahora sí, abracémonos de nuevo para que estas no ocurran. Nos encaminamos a la perdición, y ya no porque este nuevo presidente sea de un determinado grupo político, es por la poca seriedad que profesan nuestros líderes, esos que usted y un servidor eligieron de manera democrática. Esta democracia de la que tanto presumen algunos y de la que muy pocos saben su verdadera historia. Si, querido lector, hágase usted cargo de una ‘maquinita’ que por allá en tiempos remotos y en las costas de la península de Anatolia tuvieron a bien crear para elegir a sus... esa es otra historia, pero no es la que nos cuentan. Así que, sigámosles la bola a todos estos del Congreso para que sigan creyendo que somos tontos y así hacer de las suyas, parece que son más felices cuando se creen que nos la cuelan, ya saben, en plan, deja al niño con sus ‘tontunas’ que así crece feliz. Pues nada, reverenciaremos tal hazaña que pasará a la historia como la investidura más ajustada de nuestra democracia con un ¡dominus vobiscum!, y a correr. En fin, si es que soy más feliz que una perdiz si no les hago tanto caso, pero ver a Pablo Iglesias en la pantalla de la televisión al lado de mi tía echándonos unas risas no tiene precio, porque ya no se sabe si está llorando de emoción o partiéndose de risa por dentro de todos nosotros, algo así como menudos pardillos. Pero al igual estaría hablando de los señores, ya casi feudales del PP. Vivimos en un país arcaico donde es mejor resucitar a Franco, a la Pasionaria o más cercano a Fraga que lo que de verdad importa. Ni siglas ni nada, aquí se les paga para que hagan algo y de todo menos eso, el eso no se cual es porque nadie da ejemplo, pero si hay mucho de esto, aquello y más allá, mejor el pasado o el futuro y el presente que se lo coman otros. Permítame señor lector que le trate de hermano en esta columna, por hacer de ella un espacio un tanto humorístico, diciéndole que ¡válgame dios!, y este lo pondré en minúscula porque ya no me creo nada, los chanchullos de estos se curan con un Madrid-Barça o al menos eso parece en este país.
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