Gus Geijo: "La primera etapa del confinamiento la viví con mucho miedo"

El leonés comenta el paréntesis que se ha producido en su actividad como fotógrafo profesional –con frecuentes trabajos en el extranjero– con motivo del estado de alarma decretado por el Gobierno como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19

Joaquín Revuelta
23/05/2020
 Actualizado a 23/05/2020
Valeria y Vega Geijo, fotografiadas por su padre en el jardín de la casa durante el confinamiento. | GUS GEIJO
Valeria y Vega Geijo, fotografiadas por su padre en el jardín de la casa durante el confinamiento. | GUS GEIJO
La movilidad es un factor fundamental en el trabajo que desarrolla el fotógrafo leonés Gus Geijo, por lo que la actual situación ha supuesto un cambio radical en su actividad profesional. «La declaración del estado de alarma me dio una estocada importante porque en ese momento yo me encontraba a mitad de una gira que teníamos programada desde hacía mucho tiempo. Yo estuve en Argentina un mes realizando una serie de workshops junto al fotógrafo de ese país, Emanuel Combin. Volvimos a España para proseguir la gira como quince días antes de empezar el confinamiento y llevábamos dos talleres cuando empezó todo esto que nos obligó a cancelar temporalmente la gira», señala el fotógrafo leonés, que ha tenido que aplazar un viaje a Costa Rica para impartir otro workshop y una boda que debía de celebrarse en Nueva York. «Mi compañero argentino todavía a día de hoy sigue aquí en un hotel en la Calle Ancha porque no hay vuelo. Estamos en contacto con la Embajada pero todavía no le han dado una solución», comenta Geijo, que reconoce que la actividad en su estudio de León «ha estado muy parada, si bien en estos días ha empezado a resurgir, pero fuera, que es donde yo acostumbro a buscarme la vida, la situación sigue siendo aún muy complicada. Al final me imagino que estoy como el resto de los españoles, con las manos un poco atadas».

La gira argentina, que permitió a Gus Geijo recorrer todo el país a lo largo de un mes, se pudo llevar a cabo sin mayores dificultades, pero su réplica española solo ha podido cumplir las etapas de Vigo y León, quedando pendientes Valencia, Madrid y Sevilla.

Preguntado cómo vivió a nivel personal esos primeros días del que probablemente ha sido el confinamiento más estricto del continente europeo, Gus Geijo hace gala de sinceridad y reconoce que al principio lo vivió «con mucho miedo». «Si te soy sincero yo lo he vivido como en dos fases. La primera fase con mucho miedo, porque todo el mundo tiene temor por su vida, como es lógico, y encima cuando tienes niños –tengo dos hijas– y ves que la salud corre peligro casi te preocupa más que la tuya propia. Al principio fue un momento de miedo real. Pero una vez superado ese miedo cuando ya te dan un poco más de información y ves que siguiendo las pautas que te dan ya no corres tanto peligro, empecé a disfrutar de la estancia en casa con mi familia. Yo se lo explico así a todo el mundo, aunque suene un poco mal por lo que estamos viviendo, pero yo he tenido las mejores vacaciones de mi vida, porque he estado en mi casa, soy un privilegiado que vive en el campo, tengo un jardín grande y después de todos estos años que he trabajado quince horas al día, he podido estar con mis hijas las 24 horas del día, he podido estar en mi casa, he podido disfrutar de la vida en familia, que antes también lo hacía, pero parece que nos hemos perdido en estos últimos años en una vorágine que no nos ha dejado ver que el tiempo en familia y con la gente que queremos también es muy importante».Gus Geijo recuerda que durante su estancia en Argentina durante el mes de febrero le llegaban noticias de la situación de la pandemia en China. «Noticias llegan, pero exactamente iguales que las de la guerra de Irak o que en Uganda están pasando hambre. Nos hemos acostumbrado a vivir de una manera tan absolutamente fácil, artificial y superficial que cuando pasan estas cosas y no nos tocan de cerca parece que es algo ajeno a nosotros», sostiene el fotógrafo leonés, que recuerda que coincidiendo con su regreso a España tras la gira argentina, Italia ya estaba en el punto de mira. «En España empezaba a preocuparnos pero todavía no se había decretado el estado de alarma y era Italia el país que entonces estaba más afectado».Estos días y coincidiendo con las medidas de alivio de la fase más restrictiva de la desescalada, Gus Geijo se ha dedicado a trabajos de publicidad que califica de importantes. «Este miércoles, por ejemplo, estuve casi todo el día en el estudio con Jesús Calleja, a puerta cerrada y con las medidas de seguridad que se prevén en estas circunstancias. Colgaré luego en Instagram algún vídeo de los que hicimos y se ve a todo el mundo con mascarilla menos él que tenía que posar. Ese tipo de trabajos, aunque no abundan, todavía son necesarios porque al fin y al cabo son publicidad y marketing, y la televisión sigue funcionando y demás. Pero a nivel particular, la gente, aunque con medidas de seguridad se pudiese trabajar, pues ahora mismo como que no apetece ir a hacerse unas fotos por ocio, sin más, porque estamos en un momento incómodo, tanto económico como de seguridad. Yo lo asemejo un poco a la crisis del 2008 cuando el que estaba mal estaba mal y hablabas con un funcionario y parece que se había contagiado porque también estaba mal y a él realmente no le pasaba nada. En este momento hay gente que ya está viviendo en sus carnes que no está bien económicamente o, peor todavía, que ha tenido algún familiar directo o alguna persona cercana que ha sido víctima de esta pandemia. Pero los que no están afectados de forma directa, lo que no tienen son ganas. Estamos en un momento de relax un poco ‘light’, digamos». Su reciente contacto con su vecino Jesús Calleja nos lleva a preguntar a Geijo cómo ha visto de ánimo al responsable de programas televisivos como ‘Volando voy’ o ‘Planeta Calleja’. «Jesús es una persona super fuerte, es una persona positiva, una persona a la que no se le pone nada por delante porque si se le pone salta por encima. Esa energía la transmite y es algo que se ve en televisión y cara a cara más aún. Jesús es consciente de lo que está pasando, tiene quizá un poquito más de información que el resto, porque ha hecho entrevistas a científicos e investigadores relevantes, está más tranquilo porque está informado. Recuerdo que los primeros días del confinamiento, ante el miedo que tenía por todo lo que estaba pasando, le escribí y me aconsejó que viera la televisión justa. Por la información que él tiene está convencido de que en poco tiempo habrá una vacuna y de momento lo que hay que hacer es tener precaución y hacer una vida normal».

Gus Geijo señala que por suerte no ha tenido que anular ningún compromiso de los que tenía previstos. «La boda que tenía pendiente en Manhattan, en pleno centro de Nueva York, se ha aplazado, así como el workshop de Costa Rica y dos proyectos nuevos en Panamá», confirma el fotógrafo. «Ayer hablé con Marcelo, que es mi representante en Panamá, para preguntarle por la situación de allí, porque lo que no quiero es volver a pasar por lo mismo en otro país. Donde hay aglomeración de gente es en Panamá City, que tiene tres millones de habitantes en un espacio muy reducido, pero Marcelo está en Veracruz, que es una pequeña localidad costera en la que estoy seguro que todavía hay gente que ni siquiera ha oído hablar del coronavirus. Allí hay zonas donde se puede estar tranquilo», asegura Geijo.

El fotógrafo leonés no cree que vaya a haber un antes y un después como consecuencia de esta crisis sanitaria provocada por el coronavirus. «Absolutamente no. Yo estoy completamente convencido de que aquí en España y también en la mayoría de los países en el momento en que el boom pasa se nos olvida con una facilidad pasmosa. Lo estamos viendo ahora mismo. Al principio la preocupación eran las mascarillas, el papel higiénico. Ahora parece que ya empieza a dejar de lado la sociedad que hay un problema real de contagio y de salud y ya se están peleando hasta con violencia en las ciudades, creo que además provocado porque no tenemos el mejor espejo en el Parlamento. Prueba de ello es el pasado miércoles en el Congreso donde los políticos lejos de buscar soluciones se dedicaron a hacer política barata, lanzándose los trastos los unos a los otros y al final el reflejo de todo ello es el que vemos en la sociedad», comenta Geijo, para quien «si en el Parlamento se pelean perdiendo casi la educación, en las calles hacen exactamente lo mismo», concluye.
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