Guillermo Álvarez: "La Iglesia siempre ha tenido la gran preocupación de llegar al hombre, y en esas estamos"

Este joven leonés se ordena como sacerdote este domingo a las 17 horas en la Catedral

Susana Martín
26/11/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Guillermo Álvarez se ordena este domingo como sacerdote en la Catedral. MAURICIO PEÑA
Guillermo Álvarez se ordena este domingo como sacerdote en la Catedral. MAURICIO PEÑA
En abril cumplió 33 años, de los que lleva siete preparándose para un momento que llegará este domingo, su ordenación como sacerdote en la Catedral. A Guillermo Álvarez (León, 1984) le hace muy feliz dedicar su vida a servir a los demás.

– Un camino largo, tantos años de preparación en el Seminario de León, donde otros cuatro compañeros también se preparan para la ordenación.
– Un camino largo, sí, de oración, de estudio, de vida comunitaria. Y el objetivo es el discernimiento, saber si ésa es la vocación de uno, porque es algo que te compromete toda la vida.

– ¿Tenía usted muy claro que quería ser sacerdote? ¿Desde qué edad?
– Intuía que podía ser mi camino. Yo siempre he tenido la referencia de Dios cercana en mi vida. La vocación sacerdotal empecé a sentirla pasados los 20, a los 24-25 empecé a planteármelo. Y después de madurarlo y rezarlo tomé la decisión de entrar al Seminario de León.

– ¿Proviene de una familia muy religiosa, o cómo le llegó la vocación?
– En mi familia hemos tenido siempre presente la inquietud religiosa, y ese ha sido el fermento de mi vocación.

– ¿Ha vivido siempre en León?
– Nací en León y he hecho mi vida aquí, aunque descendemos de Orallo, mi abuelo Baltasar era de allí, y también desciendo de Asturias, de Villamarín de Salcedo.

– Y antes de sentir la vocación, ¿qué hizo, estudiaba?
– Estuve en la vida laboral, siete años en una empresa del telemarketing. Entré al seminario un poco con esa experiencia de conocer la vida civil y el mundo laboral. También estuve un año en la Armada, como militar profesional, con 24 años.

– ¿Ya estaba pensando en ser sacerdote pero quiso ver cómo era la Armada?
– Sí, uno con esa edad quiere conocer cosas y ver cómo es el mundo. Y ciertamente allí empecé a sentir la vocación, a plantearme si ese era mi camino. Luego entré al Seminario San Froilán de León.

– ¿Cómo han sido estos años de formación en el Seminario?
– Han sido unos años muy enriquecedores, en lo personal y en lo académico.

– ¿Vivía interno?
– Sí, sí, con el régimen comunitario. Los seis años se dividen en dos partes, los dos primeros estudias Filosofía, y los cuatro siguientes son estudios más teológicos, para dotarnos de un conocimiento necesario. Hoy el mundo se hace preguntas y es bueno tener una preparación para saber responder desde la fe de la Iglesia.

– ¿Ha sido un camino fácil o arduo?
– Ha sido enriquecedor. Hay momentos peores y mejores, pero ha sido un camino muy útil que me ha ayudado a crecer y a cimentar mi vocación.

– ¿Qué le ha parecido a su familia su decisión?
– Mi familia es religiosa, tenemos tradición religiosa, sobre todo mis abuelos, y les parece una buena decisión y la respetan si creen que yo puedo ser feliz así.

– ¿Y sus amigos de la niñez, de juventud?
– Les pareció al principio llamativo, pero les parece bien. Siempre procuramos reunimos, aunque ellos han tenido que irse de León, como muchos jóvenes.

– ¿Tuvo usted alguna novia?
– No.

– Se ordenó de diácono en mayo y lleva unos meses en la etapa pastoral en Lillo. ¿Cómo ha sido esta etapa?
– En junio la Diócesis creyó necesario que me ocupara de once parroquias. Sin ser sacerdote aún, siendo diácono, un clérigo que puede bautizar, casar, celebrar exequias, predicar en misa... pero no puede celebrar la misa ni confesar. He tenido mucha labor: he bautizado cinco veces, a cinco niñas, y he tenido once exequias.

– Desde este domingo ya será sacerdote, y comienza una nueva etapa...
– Sí, tengo la casa rectoral en Puebla de Lillo y tendré allí la residencia. Mi vida allí está siendo muy buena, aunque se nota la despoblación en invierno la gente es muy acogedora en nuestra montaña de León, sabe empatizar. Yo estoy muy contento. Te abren la puerta de su casa desde el primer día, estoy muy integrado, son gente muy buena.

– ¿La Iglesia católica vive un momento de cierta crisis?
– Hay muchas razones para que haya tanta gente descreída con las religiones.Ciertamente, parece que la idea de Dios está un poco apartada, y la Iglesia tiene esa misión de evangelizar, y eso no se consigue fácilmente. La Iglesia siempre ha tenido la gran preocupación de llegar al hombre, y en esas estamos.

– ¿Les cuesta más llegar a los jóvenes?
– También hay muchos jóvenes en las iglesias. Es verdad que vivimos una cultura de relativismo, de lo provisional, pero yo como joven también puedo decir que los jóvenes buscamos autenticidad en las cosas, que sean verdaderas. Y eso en cierto modo conduce a Dios, porque él es la verdad para los creyentes y tiene una respuesta que todo el mundo se hace, la respuesta a la existencia y a que la muerte no es el final.

– ¿La Iglesia católica ha hecho cosas mal que pueden haber alejado a sus fieles?
– La Iglesia es humana y es divina, y es santa y es pecadora. San Juan XXIII decía que una de las principales causas de ateísmo es el antitestimonio, personas que se dicen creyentes pero obran de otra manera. En la Iglesia hay pecadores y santos, como Teresa de Calcuta, hay muchos ejemplos positivos, no todo es negativo.

– ¿Le gusta este Papa tan abierto, con ideas tan modernas?
– Me merece una opinión muy buena. Fue elegido Papa con 78 años y está dando un viento renovador a la Iglesia, un aire fresco. Evangeliza de manera muy cercana, tiene facilidad de palabra, accesible, con expresión de bondad.

– ¿Quizá le hace falta eso a la Iglesia, modernizarse más, tener un punto de cercanía y empatía con la gente?
– La doctrina de la Iglesia está contenida en el catecismo y es la que es, eso no puede cambiar. Lo que cambia es la forma de expresarla. Antes las misas eran en latín y de espaldas al pueblo, ha habido avances. La verdad se puede explicar de muchas maneras y hay que hacerla accesible para el hombre de hoy.
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