Guía rápida prematrimonial

08/07/2022
 Actualizado a 08/07/2022
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Si usted no tiene una boda en el horizonte más próximo o no la ha tenido yo puede considerarse cuanto menos especial, porque pertenece al 1% de población que no tendrá que pasar este verano por el trance que, por lo general, suele ser para cualquiera afrontar uno de estos eventos, más aún si el protagonista es muy cercano.

La pandemia ha dejado muchos dramas, algunos directos y otros indirectos, uno de ellos haber agrupado bodas que se tenían que celebrar a lo largo de dos años en un verano en el que prácticamente fin de semana sí, fin de semana también a uno le toca enfudarse el traje, tomarse un omeprazol y rendirse a la bacanal.

Obviamente hay bodas y bodas. Están esas a las que se está deseando ir y otras a las que se reza por una indigestión el día de antes. De una forma o de otra, lo más importante en las bodas es evitar la turra. En todas hay un borracho, lo más importante es intentar que no seas tú.

Si además te importan los novios, encárgate de que coman durante el cóctel. La gente les atosigará, todos querrán hablar con ellos y entre lo uno y lo otro les será difícil acceder a los pinchos por más que los camareros tengan instrucciones precisas de abrirse paso hacia ellos. Te lo agradecerán para siempre, porque la conversación si permite el beber, menos el comer... y eso acaba trayendo consecuencias al final de la noche (si es que llegan).

Otra cosa muy importante es que todo te parezca bien. Esas dos personas que te han invitado al día más importante de su vida llevan muchos meses intentando que todo el mundo lo pase bien. No seas un cabrón sacándole los errores, que siempre hay.

En definitiva, no te conviertas en la persona de la que rajan todos los invitados el día después. En tu mano está.
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