Guadalupe Lancho: "He huido de cualquier imitación o parodia"

La actriz salmantina se adentra en las certezas y los rincones de uno de los grandes mitos de la cultura popular, Sara Montiel, en ‘Mi última noche con Sara’

Emilio L. Castellanos
14/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
La actriz salmantina atrapa el alma de Sara Montiel en el obra teatral que este martes llega al Auditorio Ciudad de León.
La actriz salmantina atrapa el alma de Sara Montiel en el obra teatral que este martes llega al Auditorio Ciudad de León.
Guadalupe Lancho atrapa el alma de Sara Montiel en ‘Mi última noche con Sara’, un espectáculo que se adentra en las certezas y los rincones de uno de los grandes mitos de la historia popular española y a través del cual la actriz salmantina se significa en el uso de una suerte continua de recursos para consumar la caracterización de un personaje complejo, rico en matices y de rango universal. «Siempre es un reto para un actor ponerse en la piel de un personaje que sí ha existido porque dispones de un referente al que debes acercarte desde el respeto y siendo muy fiel», asegura Lancho. «La figura de Sara Montiel es un icono internacional, una mujer que rompió estereotipos… Todo el equipo nos hemos aproximado a ella, a toda su dimensión, con enorme respeto. No sólo a la diva sino a la mujer, a Antonia». Avalado por una dilatada trayectoria como guionista televisivo y cinematográfico (participó en la redacción de los libretos de las películas de Gracia Querejeta ‘Siete mesas de billar francés’ y ‘Héctor’ y su nombre aparece en los guiones de series como ‘El comisario’ u ‘Hospital Central’), realizador cinematográfico (suyos son varios reputados cortos e incluso un largometraje, ‘La vergüenza’) y dramaturgo, David Planell, en su doble faceta de autor y director y apoyado por Eva Manjón (que asume la dirección artística después de interpretar a Sara en la primera temporada del montaje), ahonda en la particularidad íntima de Sara Montiel a partir de una anécdota: la visita que le hace su productor, Julián Amezcua, para convencerla de que dé marcha atrás a su decisión de grabar en una sola noche el último disco que le vincula a su compañía discográfica para, así, gestionar personalmente una carrera esculpida en el éxito. «El libreto de David Planell se sostendría por sí mismo independientemente de que el personaje se llamara Sara Montiel o Pepita Pérez porque al final cuenta la historia de una mujer que toma decisiones y se enfrenta a las consecuencias de estas. Una mujer adelantada a su tiempo».

Programado para este martes, a las 19:30 horas, en el Auditorio ‘Ciudad de León’ (las entradas se recogen gratuitamente en los Centros Municipales de Mayores), ‘Mi última noche con Sara’ permite a Guadalupe Lancho evidenciar sus indiscutibles capacidades como actriz y cantante y que ya puso de manifiesto en diferentes proyectos, entre ellos los musicales ‘My Fair Lady’, ‘Cats’, ‘Víctor o Victoria’, ‘Más de cien mentiras’ o ‘El hombre de La Mancha’, este último un auténtico fenómeno teatral en México que supuso, tal y como ella reconoce, «un punto de inflexión en mi carrera». De esta manera y por extensión de su exhaustiva y detallada labor, además de encarnar a un personaje de tanta entidad como la intérprete manchega, la artista salmantina se medirá con algunas de las canciones del imprescindible repertorio de Montiel, tal es el caso de ‘La violetera’, ‘Fumando espero’ o ‘Bésame mucho’, entre otros legendarios títulos. «Son canciones que pertenecen al universo emocional de toda una generación y que disfrutan de una enorme grandeza melódica. Son joyas de nuestra música». Admira Guadalupe Lancho a Sara Montiel y tal estimación la deposita a lo largo de una función intensamente emocional. «Puede que exista cierto desequilibrio en el reconocimiento hacia su figura. Nos hemos quedado con el personaje pero es justo también alabar a la mujer, su valentía, todos sus logros… Hay que poner en valor sus decisiones, su determinación, su independencia… Fue fiel a su esencia y a lo que quería hacer con su vida». La actuación de Guadulupe Lancho es el fruto de un trabajo arduo, especialmente documentado, minucioso, escrupuloso y prolijo en detalles. «He huido de cualquier imitación o parodia. Para acercarme a su fisicidad y a sus movimientos he visto muchas de sus películas y a la hora de cantar he tenido que modificar la laringe. Todo ello te transforma a ti también como intérprete. Por eso, este trabajo ha resultado maravilloso. Hay que vivir el personaje sobre el escenario, que finalmente es de lo que un actor ha de preocuparse. El capital del teatro es la vida y una vez que estás ahí, en el escenario, es imprescindible también la comunión con el público. En este espectáculo resulta muy emotivo comprobar cómo los espectadores sufren, lloran, se emocionan… frente a su universo». Desde luego, ‘Mi última noche con Sara’ se enriquece con la contribución del vestuario de Clara Bilbao, ganadora de un par de Goyas, la escenografía de Miguel Padilla, la iluminación de Nacho Arjona y la dirección musical de Juanjo Molina, así como con las interpretaciones de Rodrigo Poisón y Alejandro Vera.

No es la primera vez que Guadalupe se encarna en Sara Montiel (una de ellas fue con ocasión de su paso por ‘Amar es para siempre’) pero, confiesa ella, «nunca con el rigor de un texto que se acercase tanto a su vida». «Yo creo que el público va a tener oportunidad de encontrarse con la diva campechana, provista de ese erotismo de andar por casa, pero también podrá conocer detalles de la vida de la mujer, de Antonia, e incluso episodios que jamás han sido contados», concluye a propósito de un espectáculo que concilia armónicamente sus partes dramática y musical. «No es un concierto sino una obra teatral con canciones interpretadas en directo. Ni siquiera lo definiría como un musical. El texto tiene mucho peso y las canciones encajan perfectamente en su dramaturgia».

‘En presente continuo’. Esta frase preside el perfil de WhatsApp de Guadalupe Lancho, que abandonó el Derecho en el que se formó para cultivar exclusivamente su vocación actoral, y su rotundidad sirve como declaración de intenciones para una trayectoria que mira permanentemente hacia adelante, a paso vivo, y se va inundando de numerosas referencias tanto en cine como en teatro y televisión. «Cada espectáculo, cada proyecto, es un capítulo en la carrera de un actor. Nos sirve para evolucionar y siempre nos deja un poso. Yo estoy feliz de mi trayectoria».
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