Graciano Palomo: "La historia de Iván Redondo se construye sobre realidades mágicas"

Un año después de presentar ‘La larga marcha. De Rajoy a Casado’, regresa con su más reciente publicación, ‘Iván Redondo. El manipulador de emociones’, que este martes dará a conocer en el Casino de León

Joaquín Revuelta
23/11/2021
 Actualizado a 23/11/2021
El periodista burgalés es tertuliano habitual del programa ‘La brújula’ de Onda Cero.
El periodista burgalés es tertuliano habitual del programa ‘La brújula’ de Onda Cero.
El veterano periodista, analista político y escritor burgalés, Graciano Palomo, regresa a León para presentar su más reciente publicación, ‘Iván Redondo. El manipulador de emociones’ (La esfera de los libros) en un acto que tendrá lugar a las 20:00 horas en el Casino y en el que el autor estará acompañado por el consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Ángel Ibáñez, y por el director del periódico digital Leonoticias, Javier Calvo.  

– Antes de entrar de lleno en libro y como buen observador y analista que es de la actualidad política de este país le pregunto si a día de hoy cree que las aguas bajan más turbulentas en la derecha o en la izquierda.
– Yo creo que similares, pero es la novedad porque lo normal es que las aguas turbulentas bajen en el poder; es decir, cuando hay disputa por el poder, pero digamos que en la derecha o el centro derecha en este caso pues se está tirando varios tiros al pie al mismo tiempo, una cosa realmente incomprensible. Cuando todas las circunstancias objetivas reman a su favor, porque hay una enorme crisis económica y una enorme crisis social, no tiene mucho sentido que en el partido en el que se puede construir una alternativa real al poder sanchista estén ahí en una guerra, por cierto, bastante ficticia. Y luego en el poder, digamos en el Gobierno, pues hay dos fuerzas, una que es claramente mayoritaria, que está muy asentada en el cuerpo social y político español, que es el Partido Socialista, y otra que lucha por mantener unas posiciones que consiguió de una manera bastante rara desde el punto de vista histórico, que es Podemos y toda la cantidad de confluencias que operan alrededor. Yo, desde luego, en este sentido no estoy de acuerdo en absoluto con Iván Redondo cuando dice que Yolanda Díaz puede ser presidenta del Gobierno.  

– Recuerdo que me llamó la atención la frase de Iván Redondo que decía que Sánchez era pasado, sin aclarar muy bien si se refería a su relación con el presidente o si vaticinaba un rápido desenlace de la legislatura
– Yo creo que ahí, como en otras ocasiones, Redondo digamos que manipula. Redondo es un enorme manipulador, como lo ha demostrado durante los tres años en el poder y lo está demostrando ahora con sus seis meses fuera del poder. Yo creo que le estaba pasando la factura a Sánchez por haberle echado. Él sostiene que se fue, eso es una enorme mentira, y la prueba es lo escocido que está. La historia de Iván Redondo se construye sobre realidades mágicas, propias del mundo iberoamericano de García Márquez, que es una realidad que te inventas, que no es real, la realidad que tu quieres que sea. Y él se monta esa historia. Ya lo hizo también con el Partido Popular. Pero de lo que no da nunca explicaciones, que es el argumento central de mi libro, es por qué un señor que es capaz de derribar –porque en eso sí que es cierto que fue decisivo– a todo un gobierno y a un presidente como fue Rajoy por cobrar sobre la base de la corrupción, cómo es posible que ese perpetrador de la caída del gobierno, que cobró 207. 098 euros de Bárcenas, no diga nada. Es que hay que seguir la pista del dinero. Los periodistas ya viejos como yo y con el colmillo retorcido sabemos dónde hay que buscar. ‘Chercher l’argent’, que dirían los franceses, busca el dinero. Y luego resulta que en el 2020, el año terrible de la pandemia para todos, estando en el poder la empresa que él había creado y que deja a su mujer por imperativo legal cuando es nombrado secretario de Estado, factura el 324% más que el año anterior, pues que me lo expliquen lo genio que es este tío. En lugar de echarlo deberían haberle hecho ministro de finanzas. Entonces claro, utilizó el poder para enriquecerse. Esto es así. Y sobre eso no quiere hablar. Ni le pregunta Griso, ni le pregunta Évole, ni le preguntan la cantidad de corifeos que tenía. Es acojonante. Y esa es la cuestión.

– Hasta la llegada de Iván Redondo, la figura del jefe de gabinete no parece que despertara tantas suspicacias o que acumulara tanto poder en la sombra. – Bueno, yo he conocido a todos los primeros ministros en la situación democrática, personas con una solvencia profesional, técnica, intelectual infinitamente superior a la de Redondo. Por ejemplo, Alberto Aza, embajador español que estuvo con Adolfo Suárez, después vino José Enrique Serrano con Felipe González, José Luis Ayllón o el también diplomático Jorge Moragas, gente con una talla infinitamente superior a Redondo. ¿Qué sucede?, que ellos entendían su papel en la sombra, como todo el mundo, vamos. Al llegar  Redondo lo que quiere es demostrar a todo el mundo que el que manda es él, en el sentido americano, donde el jefe de gabinete de la Casa Blanca es el primer ministro en el ejecutivo, y aquí lo ha hecho durante tres años sin cambiar una coma de la Constitución, pues convirtió a Pedro Sánchez en un jefe de Estado bis, de ahí sus choques constantes con la Corona, con la Zarzuela, y él de facto ejerce de primer ministro, muy por encima de todos los ministros. Y eso es lo que provocó una rebelión larvada que en cuanto vieron que podían acuchillarlo pues lo acuchillaron. Y por eso, tanto ‘La larga marcha’ como ‘Iván Redondo’ están íntimamente unidos, porque son dos acontecimientos históricos. Jamás se había producido en la democracia española la caída de un gobierno con una moción de censura, que cambia abruptamente –y esto es lo esencial– el marchamo, la dirección que llevaba la nación española. Y cambia radicalmente el paso de la derecha al perder el poder, y cambia radicalmente el paso del Partido Socialista, y cambia radicalmente todas aquellas fuerzas que eran marginales –como Bildu, como Esquerra Republicana– a tener un sitio en el poder.  Todo esto y otras cosas más de radicalización de la sociedad española en el interés de su jefe es lo que le debemos a Iván Redondo. Por eso es un personaje deleznable en muchos sentidos pero que ha resultado histórico. – ¿El espíritu de Iván Redondo se mantiene vivo en la Moncloa?
– No, en absoluto. Ha sido erradicado por completo. Salvo la glorificación al jefe, que le entroniza, es que no se puede ni mencionar su nombre. Ha sido arrancado de ahí porque lo que sucede es que ha caído en absoluta desgracia y sobre todo tras comprobar que era bastante traidor. Él siempre ha dicho que su gran pretensión era llevar a un candidato de centro derecha a la Moncloa. No lo pudo hacer con Rajoy porque no le quiso y luego se vengó. Pero pasar de ser el gurú de Xavi García Albiol, con una campaña con ribetes ultraderechistas, a darse besos y abrazos con Pablo Iglesias, hay un trecho.    

– ¿Y cuál va a ser su destino ahora?

– Es lo de siempre, su destino es ganar dinero, que es lo que está haciendo. Yo creo que tiene menos ofertas de lo que dice. Lo que pasa es que ha acabado muy mal y ahora lo tiene crudo. Es verdad que le deben favores los poderosos de la comunicación, los poderosos del Ibex. Pienso que su estrella se irá apagando poco a poco, pero el mal que ha hecho, incluso para la libertad de prensa –y de eso yo puedo dar fe pues intentó que mi libro no apareciera presionando al presidente de Unidad Editorial e intentando dejarme sin espacios mediáticos, no a mí solo sino a muchísima más gente–, eso no lo vamos a olvidar.

–¿Actualmente está preparando alguna otra publicación?
– A mí me interesa siempre algo que sea histórico, que trascienda el tiempo, como ha sido el caso de ‘La larga marcha’. Y yo creo que me gustaría hacer, pero voy a ver si puedo, una gran historia sobre los servicios secretos españoles. Siempre me interesa más lo que no se ve. Lo que se ve lo presentan los periódicos todos los días. Como muy veterano periodista y observador de la realidad lo que me gusta es contar los secretos del poder, que además es lo que vende. Mis dos últimos libros han sido auténticos ‘best sellers’, entonces tampoco me pongo a escribir, con todo lo que cuesta y el esfuerzo que conlleva, para que no te lea ni dios. No tengo vocación de marginal.
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