Ya se asoman las fiestas. El Corpus ya gobernó con sus flores de escoba por las calles, San Antonio hizo desempolvar las guitarras a las orquestas que inician su tour verbenero, la Plaza del Grano se suma porque le da la gana después de tantas opiniones encontradas. Y la municipalidad decidió darle en los morros con sus festejos y pendones a tantos que osaron dudar de que un concejal con piqueta y gaveta es un maestro del empedrado.
Y cuando las fiestas se asoman es inevitable que se trate de ganar a los clásicos de los bailes de salón con la frase más tradicional de los viejos programas de mano: «Tradicional desfile de gigantes y cabezudos».
Tampoco han desaparecido otras expresiones que no se sabe si vienen mucho a cuento pero llenan en el programa una hora muy mala para cualquier otra cosa: «Misa solemne en honor del patrón cantada por el coro de la localidad».
Le sumas el partido de solteros contra casados arbitrado por un cabo jubilado, que no falte la espectacular quema defuegos artificiales (la cigüeña que se arregle y si no sabe aguantar una broma que se vaya... y se va)a cargo de una prestigiosa pirotecnia, baile hasta altas horas de la madrugada (hasta que el cuerpo aguante en programas originales) y...
Y ya están las fiestas organizadas. Si encima toca Panorama...
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