Gestas en el reino

Como tantas otras veces y en esta ocasión de regreso de Guadalajara, me aguardaba como siempre el caballer,o del Esla a la altura de Benavente y aunque en esto tampoco se ponen de acuerdo a quién representa la estatua, yo quiero pensar que es Don Suero de Quiñones, aquel noble leonés que mantuvo uno de los episodios caballerescos más importantes en la Edad Media en el puente del río Órbigo, conocido como el Paso Honroso y cuya gesta aún se celebra, eso sí, sin caballeros malheridos o muertos y que de alguna manera parece estar celebrando el regreso de todos los que volvemos al reino. Pero por muy gloriosa que pueda parecer esta estampa, por supuesto, fruto de mi imaginación, lo cierto es que otra muy distinta se me plantea nada más entrar en el tramo de la A-66 que con tan solo 75km, deja clara evidencia de una situación muy real y no tan imaginaria, la que vive la provincia de León en estos momentos, que dista mucho de ser una gesta digna de guardar en nuestras bibliotecas. Digo esto por los innumerables parches en el asfalto que nos encontramos a lo largo de estos kilómetros, remiendos que también podemos ver en nuestro día a día. Menos mal que la Cultural ha subido a segunda división, al menos si podemos hablar de gran gesta y claro que como siempre a nuestros representantes este tipo de glorias les viene bien, por que así el pueblo está contento y no se fijan en otros menesteres como la situación de desempleo o un plan económico sólido que pueda garantizar una gran industria. Pero no se preocupen, que para cubrir algunos asuntos, ya tenemos a León como Capital Gastronómica, un remiendo que ocultará durante algún tiempo algunas de las cuestiones más importantes a tratar y que definirían el futuro de nuestra provincia. Pues sí, todo muy medieval y sirva esta columna y quien la suscribe como juglar o Mester de Juglaría realizando un Cantar de Gesta, que bien puede ser algo así como: «Entonces es León un reino, cuyas gentes nunca pasaron por tan mala ventura». Ahora bien, en las calles ya se cantan gestas de otras índoles, alabando la llegada de una conocida tienda de ropa y material deportivo, que seguramente haga tambalear a muchos pequeños comercios. Y como ya escribí en otra ocasión, «Ay Don Suero, Don Suero. Tan nobles batallas protagonizaste y tu nombre a una calle alzaste, más estos intrépidos bandidos por ella atravesaron. El olor a muerte ya llegaba y las moscas hacían parada, una de ellas aún permanece en lo alto de una fachada».