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Generales y sanitarios en guerra

27/03/2020
 Actualizado a 27/03/2020
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Vamos ya a finalizar la segunda semana de confinamiento, o eso creo. Si les soy sincero, empiezo a perder la noción del tiempo y afronto esta situación como quien sube el Everest, concentrándome en dar el siguiente paso, intentando no pensar en todo lo que nos queda por recorrer.

Sin querer ser un cenizo y echando la vista a la situación en Italia y lo que ha pasado en China, ya estoy haciendo planes para pasar mi cumpleaños encerrado en casa. Permítanme no indicarles el día exacto porque no es mi intención deprimirles.

En éstas estamos, mientras vamos asistiendo cada día al empeoramiento en las cifras de contagiados y en el drama de los fallecidos, con la advertencia de los expertos de que lo peor llegará en una semana.

No quiero ni imaginar lo que puede suponer ingresar a un ser querido en el hospital, volverse para casa sin poder hacerle compañía ni darle la mano y que a las horas te digan que ha fallecido y que procederán a su incineración lo antes posible. Creo que es una de las cosas más brutales a la que un ser humano se puede enfrentar. Todo mi recuerdo y cariño hacia esa gente que está pasando momentos tan duros.

Ahora se nos presenta una disyuntiva, que me plantean amigos tanto por teléfono como por redes sociales. En las circunstancias por las que atravesamos, ¿podemos criticar las decisiones de nuestros gobernantes o debemos estar, como me dicen, «todos a una»?

La situación por la que estamos pasando no dista mucho de un estado de guerra, si me apuran en este caso aún peor, porque el enemigo es invisible y las bajas humanas y económicas serán muy elevadas.

En una situación de guerra ¿podemos pedir responsabilidades a los generales de los ejércitos? Yo creo que sí, incluso con mayor motivo. Hay vidas en juego y cada decisión o la ausencia de ellas, provoca que el número de afectados y fallecidos sea cada vez mayor. No podemos permanecer impasibles ante la incompetencia.

No es criticar por criticar, se trata de que al frente de la crisis haya gente verdaderamente competente y responsable que tome decisiones contundentes, rápidas y eficaces. Como les dije la semana pasada, para gobernar en épocas de ‘vino y rosas’, todo el mundo vale.

La indecisión y falta de competencia en momentos claves como el 8M, los partidos de fútbol, los mítines, la compra fallida de test rápidos, la gestión de EPIs… están provocando que la sangría sea mayor y que no alcancemos a imaginar el número real que a día de hoy estará infectado en España, aunque me temo que habría que multiplicar por 10 la cifra oficial.

Esa indecisión y falta de competencia de la que les hablo, está provocando que nuestros médicos, enfermeros y celadores, tengan que fabricarse sus batas con bolsas de basura y que vayan a la ‘batalla’ a pecho descubierto exponiendo nuestra primera línea a unas ‘bajas’ inasumibles.
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