En la economía de subsistencia de esas tierras que descubrieron hace cuatro días quienes las llevan viendo toda la vida, justo cuando ya estaban vacías o en camino de vaciarse, cada cosa tiene un significado y un uso, pero se le dan varios significados e infinitos usos.
De eso se trata.
Lo que ves en la foto es una gatera... pero el que se asoma por ella es un perro, que no parece su habitante natural.
La gatera no está claro que ya lo fuera en el principio de los tiempos de la puerta como tal, pero cuando el amo vio que se astillaba una tabla agrandó el hueco y en vez de un roto tenía una gatera.
Y si la humedad y el olvido corroen la puerta y amplían el agujero roto tendrá una salida para perros que una vez más convertirá el destrozo en nuevo servicio.
No reponer los clavos originales que se van cayendo, no pintar la puerta azul cuando la comen el sol y la lluvia podría hacer pensar en el abandono, pero el perro indica que algo guarda y cuida, que hay vida dentro. Lo único que ocurre es que como les han convencido de que no hay vida más allá de la literatura esperan tranquilos la muerte.
Eso sí, custodiados por un perro desde una gatera.
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