García Presa: "La carga de trabajo en los órganos unipersonales de León es excesiva"

El nuevo juez decano de León reflexiona sobre los retos que debe afrontar en esta etapa profesional

Rosa Álvarez
29/06/2020
 Actualizado a 29/06/2020
El nuevo juez decano de León, José Enrique García Presa. | SAÚL ARÉN
El nuevo juez decano de León, José Enrique García Presa. | SAÚL ARÉN
«Con ilusión y con ganas» afronta José Enrique García Presa esta nueva etapa en su carrera profesional. Acaba de ser elegido como el nuevo Juez Decano de León y, aunque reconoce que «el escenario actual no va a ofrecer facilidades» porque «venimos de una situación excepcional nunca antes vivida», agradece el apoyo recibido y promete trabajar para mejorar las cosas. «El verdadero reto es volver a la normalidad», dice, dando respuesta a la acumulación de trabajo derivada de la suspensión de los plazos procesales entre el 14 de marzo y el 4 de junio, pero también atendiendo a las necesidades que ya presentaban los Juzgados de León antes de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. «La carga de trabajo que tenemos la práctica totalidad de los órganos unipersonales de León es excesiva», lamenta.

–Fue elegido el pasado jueves 11 con 20 votos favorables de un censo total de 26 jueces. Fue el único candidato. ¿Qué lo animó a presentarse?¿Por qué ahora?
–En primer lugar quiero decir que el resultado de la votación me llena de satisfacción porque revela un mayoritario apoyo de mis compañeros y eso me enorgullece. Fue una decisión que llevaba meditando desde hacía un tiempo, pero que no tuvo su consumación hasta en la misma semana de la elección. ¿Y por qué ahora? Pues porque seguramente antes no sería el momento. León ha tenido excelentes Decanos, el último de ellos Luis Alberto Gómez, pero no puedo olvidarme en este momento de quienes le precedieron y que yo he conocido, Juan Carlos Suárez-Quiñones Fernández, Carlos Javier Alvarez Fernández y el recordado Pepe Quirós, todos ellos magníficos Jueces y excelentes compañeros. La vida son momentos, y cuando crees que llegan hay que ser decidido y dar el paso. Sé que el escenario actual no va a ofrecer facilidades, que venimos de una situación excepcional nunca antes vivida, pero lo afronto con ilusión y con ganas.

–¿Cómo han sido estos primeros días?

–El nombramiento no es aún oficial. El Consejo General del Poder Judicial debe de acordar su publicación en el Boletín Oficial del Estado, tomando posesión el día siguiente a que esto ocurra. Así, en este contexto de provisionalidad, los primeros días han sido básicamente de toma de contacto con la situación. He profundizado en lo que afecta a las obras que están pendientes de realizarse en el edificio, fundamentalmente las de la fachada, y que en la medida de lo posible habrá que intentar acelerar para recuperar la imagen que tenía, retirando lo más pronto posible ese andamiaje que hoy lo rodea. También en lo que tiene que ver con la aplicación de las medidas de protección y seguridad exigidas tras la finalización del estado de alarma, así como en dar una solución al problema que se está generando estos días a consecuencia de la excesiva aglomeración de gente que se está formando en la entrada del edificio, procurando que dicho acceso sea más ágil.
La suspensión de los plazos procesales se prolongó quizás excesivamente y la descongestión pasará por el incremento de medios
–Los plazos procesales han estado suspendidos entre el 14 de marzo y el 4 de junio, lo que ha provocado una acumulación de trabajo a la que ahora habrá que dar salida. ¿Cómo se va a organizar este trabajo y cuáles cree que serán los principales retos?
–El verdadero reto es volver a la normalidad, lo que se está intentando poco a poco, pero no es sencillo. Se juntan varios factores: uno, que la amenaza del Covid-19 sigue latente, lo que impide que nos podamos relajar y no permite, como ocurre en realidad en todos los ámbitos, que la normalidad sea real; dos, que hay que reorganizar una agenda de señalamientos ya de por sí cargada y cuya reprogramación pasa necesariamente por volver a señalar en primer lugar las vistas suspendidas, en segundo lugar aquellas que no pudieron señalarse en estos tres meses y que estaban en disposición de serlo, y finalmente todos aquellos asuntos nuevos que entrarán a partir de ahora y que en alguna jurisdicción, como la Social, la Mercantil o la de Familia, y seguramente también en la Civil, se verán notablemente incrementados y cuya verdadera dimensión no se apreciará seguramente hasta después del verano. Un tercer elemento a tener en cuenta es que el ritmo de señalamientos no puede ser el que era. Allí donde las vistas son presenciales y para evitar que el acceso al edificio genere una acumulación de personas que no resulta conveniente, necesariamente se tiene que limitar el número de juicios. En caso de vistas telemáticas también hay que contemplar el tiempo que puede invertirse en llevar a cabo la conexión, así como posibles problemas técnicos que pueden surgir durante la misma.

–Para aliviar esta situación se han comprometido refuerzos, aunque no se han concretado todavía. ¿Qué se necesita y en qué áreas serían más urgentes?
–Es pronto para valorar donde pueden estar las necesidades más perentorias.Estamos a finales de junio y vamos hacia las vacaciones de verano, período en el que lógicamente el ritmo de trabajo decrece. Será a partir del mes de septiembre cuando verdaderamente podrán detectarse las carencias y se podrán saber cuáles son las verdaderas consecuencias que este parón han tenido, a partir de cuyo momento se sabrá en dónde están las verdaderas necesidades de refuerzo, que sin duda existirán.

–El anterior Juez Decano, Luis Alberto Gómez, aseguraba días atrás que este ‘parón’ podría haber afectado a «prácticamente un 25 por ciento de la actividad del año». ¿Se atreve a poner una fecha aproximada para recuperar el número de señalamientos considerado como normal?

–Se intenta normalizar poco a poco la situación. Si han sido tres meses de parón casi absoluto ese porcentaje en cómputo anual es correcto. En todo caso, ha habido determinadas actuaciones en todas las jurisdicciones que se han considerado servicios esenciales y que se han tramitado y resuelto, se han dictado resoluciones –las que se han notificado– y se ha reactivado el trámite a partir de un determinado momento. No obstante, la vuelta a la normalidad que vivíamos antes del 15 de marzo tardará un tiempo, aunque no me atrevo a hacer pronóstico alguno, Menos señalamientos supone una mayor acumulación de trabajo pendiente y que la respuesta a las pretensiones se demore y se vaya a un momento temporal mucho más lejano que el que podía existir antes de la declaración del estado de alarma. Hay que ver cómo se desarrolla en estas primeras semanas el ritmo de señalamientos en esta situación tan atípica para poder hacer un cálculo más o menos fiable. En el Juzgado de Familia, por ejemplo, si antes se señalaba a un ritmo de entre doce y dieciséis vistas semanales, en la semana en la que estamos únicamente se han podido señalar ocho, dinámica esta que es supuestamente extensible a otras jurisdicciones.
Debería de ser compatible cubrir las necesidades que ya existían con las que hayan surgido, pero me temo que nos quedaremos a medio camino
–Con el fin de ganar en agilidad se va a apostar por medidas como las vistas y juicios de forma telemática. ¿En qué medida cree que significarán un avance?
–En la jurisdicción civil se ha optado de forma mayoritaria por la celebración de los juicios de forma telemática, más allá de que pueda haber algún compañero que legítimamente siga prefiriendo los juicios presenciales, por supuesto con adopción de las necesarias medidas de seguridad recomendadas. En mi caso y en el de mi compañera del Juzgado de Familia nº 11 hemos optado porque las partes asistan a la sede judicial. También hemos decidido, por ejemplo, que las exploraciones de menores no se practiquen telemáticamente porque no parece que ello sea posible, y en todo caso, parece incompatible con la necesaria reserva y privacidad con la que deben de desenvolverse las manifestaciones de un menor. En esta jurisdicción de Familia se ventilan pretensiones en las que se adoptan decisiones que gozan de un alto grado de sensibilidad y donde el leguaje no verbal, a mi modo de ver, es muy importante, algo que de forma telemática es muy difícil de poder apreciar. Yendo a las partes, lo normal es que los letrados y procuradores también acudan a la sala de forma personal, no obstante lo cual, si optaran por conectarse de forma telemática, así se les permitiría.

–Y hablando desde un punto de vista más práctico, ¿cómo están funcionando, están preparados para utilizar este sistema?

–La Administración de Justicia, y sin entrar en consideraciones más específicas del porqué, siempre ha sido el ‘patito feo’, si se me permite la expresión. Hay mucho trabajo por hacer, muchas cosas que mejorar desde el punto de vista tecnológico, pero en estas dos primeras semanas lo cierto es que la celebración telemática, y por lo que me transmiten algunos compañeros, está saliendo razonablemente bien.
La Administración de Justicia siempre ha sido el ‘patito feo’. Hay muchas cosas que mejorar desde el punto de vista tecnológico
–Otra de las medidas que se ha adoptado es la de habilitar el mes de agosto, ¿será efectivo para conseguir esta descongestión?
–En mi opinión, la suspensión de los plazos procesales se prolongó quizás excesivamente, lo que conllevó el que la acumulación de asuntos se incrementara de forma notable. La descongestión pasará por el esfuerzo de todos, por tener la suficiente dosis de paciencia y de comprensión, pero también, sin ninguna duda, por el incremento de medios materiales y personales allí donde sea necesario. Habilitar parcialmente el mes de agosto no va a aportar avances significativos a la hora de solucionar el retraso acumulado en estos meses, teniendo en cuenta, además, que los períodos vacacionales de Jueces, Fiscales, Letrados, funcionarios, etc., van a coincidir de forma total o parcial con esos días, lo que va a convertir esta decisión en la práctica en papel mojado y con escasa efectividad práctica.

–La situación derivada de la crisis del coronavirus ha colocado como urgentes diversos asuntos, pero en los Juzgados de León ya había necesidades previas. ¿Cuáles destacaría como las más importantes?
–La carga de trabajo que tenemos la práctica totalidad de los órganos unipersonales de León es excesiva, superando en muchos casos los módulos que están fijados por el Consejo General del Poder Judicial, lo que en casos temporales se puede paliar o atenuar con refuerzos puntuales que sin duda ponen de manifiesto la necesidad, allí donde existen, de que se creen Juzgados, algo que de forma recurrente y por problemas presupuestarios o de otra índole es complicado de conseguir. Recientemente se creó un Juzgado de Primera Instancia, el nº 11, con competencia exclusiva y excluyente en materia de Derecho de Familia, lo que desahogó el hasta entonces único existente. Es precisamente el Juzgado en el que yo estoy destinado, considerando que hoy por hoy las necesidades más perentorias están en la Jurisdicción Social, en estos momentos reforzada, y en la Civil. Hay que tener en cuenta que de los once Juzgados de Primera Instancia, dos de ellos tienen competencia en materia de familia; otro, el nº 8, tiene competencias en materia mercantil; el nº 7, es el que de forma especializada en este Partido Judicial tramita los procedimientos relativos a condiciones generales de contratación y, finalmente el nº 5, con funciones de Registro Civil, tiene la lógica exención de reparto, con lo que Juzgados civiles puros en León hay seis, lo que en atención a la carga de trabajo existente haría necesario centrar los esfuerzos en la creación de un nuevo Juzgado de Primera Instancia. En la memoria de este mismo año, el anterior Decano, Luis Alberto Gómez, priorizó la exigencia en la creación del Juzgado de lo Social número 4, en la decisión de que Instrucción 4 pasase a ser exclusivo y excluyente en materia de Violencia de Género y necesidades concretas en la plantilla de algunos Servicios. Debería de ser compatible el cubrir las necesidades que ya existían con las que hayan surgido a consecuencia de la crisis sanitaria, pero lamentablemente mucho me temo que como siempre ocurre nos quedaremos a medio camino o sin que se satisfagan las peticiones que se hagan, siempre justas, razonables y desde luego realistas.
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