Gallego: "El concierto de ovejas tuvo para mi algo de fundacional"

El leonés Nilo Gallego recibió el encargo del Musac de una creación para celebrar el 15 aniversario del centro. Este jueves se estrena (20 horas) la instalación sonora en la que el músico y artista lleva meses trabajando y ha titulado con un guiño cinematográfico, ‘Nubes pasajeras’

Fulgencio Fernández
16/07/2020
 Actualizado a 16/07/2020
Nilo Gallego preparando una de sus actuaciones.
Nilo Gallego preparando una de sus actuaciones.
Nilo Gallego (Ponferrada, 1970) es, en origen, un músico al que su afán investigador llevó a otros caminos, como la performance, pero manteniendo siempre la presencia de la música y la experimentación.

Nilo sorprendió un día, en el lejano 1999, con la singular performance Felipe vuelve a casa con las ovejas sonando, en colaboración con Felipe Quintana y organizado y producido por el Centro de Operaciones Land Art El Apeadero. «Para mí aquel concierto fue como algo fundacional, sin saber muy bien lo que estaba haciendo algunas de las cosas que allí inicié se quedaron en mí, después seguí trabajando en esas ideas, desarrollándolas e, incluso, sigo buscando, investigando sobre ellas»; recuerda ahora Gallego mientras trabaja en los últimos retoques a la instalación sonora que hoy jueves estrenará.

Y es que en el Musac han pensado en Nilo Gallego a la hora de encargar el proyecto que conmemore los 15 años del Musac en León. «En realidad el aniversario era en primavera y en abril estaba previsto este acto que hoy se celebra, pero es de sobra conocido cómo la vida cultural —y tantas otras— detuvo sus tiempos y marcó los futuros. «Es cierto, el acto de esta tarde está sujeto a todas las normas que ya conocemos; habrá un número reducido de sillas y si la afluencia es mucho mayor se realizará un segundo pase cuando finalice el de las ocho», recuerda Nilo Gallego, que también ha tenido que hacer un gran esfuerzo de adaptación a la realidad: «La pieza completa dura tres horas pero lo he reducido a veinte minutos para este estreno», después ya se podrá ver en su integridad «pero las cosas son como son. De hecho también hemos cambiado sobre la marcha el método de trabajo ya que fue con Julián Mayorga con el que comenzamos a hacer las grabaciones hasta el confinamiento, después cada cual trabajaba desde casa y Julián nos ha aportado sonidos electrónicos».

Además de Mayorga han colaborado en ‘Nubes pasajeras’ otros músicos y artistas, «como Luz Prado, que toca los violines; Rodri Martínez, que ha tocado numerosos instrumentos tradicionales y otros no tan tradicionales pues es conocida la versatilidad de Rodri, que toca el rabel, buzuki, flautas, cuernos, conchas o armonio . Yyo he aportado baterías y percusiones, además de grabaciones de útiles decocina y otros sonidos de campo, como abejas, cencerros, tormentas...», recuerda Nilo Gallego, que para compensar los problemas de tener que trabajar cada cual desde casa señala que ha dispuesto de mucho más tiempo. «Todos estos músicos no han tocado juntos. Cada uno ha ido enviando sus trabajos y hemos creado un fondo de sonidos para ser después editados», explica Nilo Gallego, quien explica que en todos estos sonidos están reflejados todos sus gustos «desde la música popular –como el rock o el free jazz–, la experimentación sonora, el minimalismo, la música concreta o la música de acción»al guiño cinematográfico que realiza en el título, homónimo al de la Aki Kaurismäki (1996) pues hace un planteamiento de «cine para las orejas».

El creador de ‘Nubes pasajeras’ reconoce que el resultado es un trabajo que «no se puede explicar, de ahí la evocación a las nubes pasajeras pues los sonidos se acercan, pasan por encima de nosotros y se van; pero en algún momento se juntan y generan una descarga, el sonido unido de todos ellos, como si de una tormenta se tratara, como si en ese momento se unieran todos los elementos y sonara ‘la orquesta’ al completo». Una sensación en la que juega con el espacio para el que ha sido creado. «Es un trabajo pensado para la fachada del Musac, en U,de manera que si te vas moviendo por el espacio percibes el sonido de cada uno de los siete altavoces distribuidos por la fachada que funciona como si fuera un instrumento, un músico diferente. Cuando esos siete altavoces/músicos se sincronizan se produce una descarga, que podría ser la pieza musical». De ahí la importancia, para disfrutarla en su integridad de escucharla completa, algo que será posible pues permanecerá en el Musac hasta noviembre.

Agradece Nillo Gallego este encargo del centro de arte que califica de «especial, pues he trabajado bastante en el Musac, sobre todo en la primera época y hasta tenemos una obra en sus fondos, realizada con Chus Domínguez y Silvia Zayas».

Reconoce Gallego que para un artista experimental como él fue importante la presencia del Musac en León, aunque, matiza, «depende de las etapas. Ahora siento que está más cerca, que busca más la conexión entre los artistas locales y los de afuera; en otras etapas se buscó más lo internacional. Desde afuera, ya llevo 15 años lejos de León, lo he visto muy positivo».

Pero para Nilo Gallego también fueron muy importantes «pequeños grupúsculos» que creaban cosas muy interesantes. «Me gustaría recordar historias como Tráfico de Arte, El apeadero de Bercianos o el CCAN. Fueron muy importante para que nos conociéramos los artistas y nos mezcláramos, pues yo venía de la música y otros de campos diferentes;el CCAN unía propuestas muy diferentes y hasta géneros muy diferentes». Y recuerda que para estos grupos «hubo un corte muy fuerte, justo cuando comenzó el Musac, y quedaron bastante desbancados, como si no hubiera una solución de continuidad con aquel movimiento de artistas locales que, es cierto, sí se reivindicó más tarde y el propio Musac prepara una muestra».

De aquellos movimientos, grupúsculos en sus propias palabras, recupera Nilo Gallego dos nombres en especial: «Creo que tanto Carlos de la Varga, el de Tráfico de Arte, como el profesor y crítico Javier Hernando fueron fundamentales, el menos para mí y en el caso concreto del ya citado concierto de ovejas, una iniciativa que ellos supieron encuadrar perfectamente para crear un concepto artístico, junto a Felipe Quintana».
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