Responsables de estas organizaciones advirtieron de que el «discurso político» debe ir acompañado de una negociación real, con proyectos y partidas presupuestarias en el Plan Hidrológico Nacional, que permitan nuevas regulaciones y más modernización de regadíos. Unas infraestructuras que constituyen para todas ellas una «demanda histórica» del campo regional, que tras el año de sequía que dejó una situación «crítica», aparecen como «imprescindibles» para garantizar el abastecimiento futuro. Milagros Marcos recalcó que esa necesidad «se ha visto este año con la sequía» aunque asumió que se trata de una cuestión «complicada» que se debe compaginar con el impacto ambiental de estas «grandes infraestructuras nacionales».
Marcos indicó, en Los Desayunos de Ical, que es necesario «hacer un análisis de la comunidad y ver dónde se puede ubicar con menor impacto ambiental un almacenamiento plurianual» y expuso que se trata de «obras a largo plazo y costosas, pero en las perspectivas de futuro tiene que estar planteado poder contar con este tipo de presas».
Para que esto pueda salir adelante es necesario incluirlo en el Plan Hidrológico Nacional y con ello acumular agua para más de un año, algo que a largo plazo toma fuerza teniendo en cuenta si la Junta de Castilla y León cumple las inversiones previstas de 600 millones de euros hasta 2023, habrá «mucho más regadío». «Se necesitará agua y para eso necesitamos capacidad de suministro y, por lo tanto, de acumulación. Es un objetivo en el que trabajar porque si queremos dar estabilidad al sector primario, se deben ofrecer garantías a las futuras inversiones en nuevos regadíos», resumió.
La consejera de Agricultura insistió en que se está pidiendo concentraciones parcelarias a los regantes, con procesos de modernización que ahorran entre el 30 y el 40 por ciento del agua. «Habrá más capacidad de uso y un ahorro de agua importante, pero también debemos acompañar esto con una garantía de agua suficiente para regar», argumentó.
Asimismo, expuso que los pequeños regantes contribuyen en una parte importante en la financiación de esas infraestructuras, con un 24 por ciento del coste, lo que representa que se les pide un «esfuerzo importante».
Marcos defendió la apuesta de la Junta por los regadíos dentro de un sector clave para la defensa del medio ambiente, para frenar los incendios y para reducir las emisiones de CO2. En este sentido, defendió la importancia de la planificación de infraestructuras agrarias impulsada por su departamento al albur del nuevo plan hidrológico de la cuenca del Duero, para contar con indicadores reales con los que convencer a los agricultores más reticentes de la importancia de la modernización.
Donaciano Dujo argumentó que es precisó defender un aumento de los fondos para mejora de regadíos en la comunidad, porque «Castilla y León presenta una deficiencia clara» con porcentajes en relación al secano «muy inferiores» a la media y por debajo del 20 por ciento. La segunda opción, dijo, pasa por impulsar nuevas obras hidráulicas «para tener capacidad de embalse en toda las cuenca». El coordinador regional de la Unión de Campesinos de Castilla y León, Jesús Manuel González Palacín, en la misma línea, afirmó que está «bien» que Milagros Marcos se sume a esta reivindicación histórica de su organización, pero advirtió de que ahora «hay que pelarlo en Madrid» frente al ministerio del ramo. «O acometemos nuevos embalses o tendremos problemas en el futuro», sentenció.Por su parte, el secretario regional de UPA y coordinador de la Alianza, Aurelio González, consideró que «no podemos estar siempre al albur de que la CHD haga desembalses previendo que pueda llover. Nos alegramos de que la consejera dé el paso», determinó. En este sentido, González abogó por la construcción de minipresas en algunos puntos o embalses en otros puntos; e incluso mejoras de los existentes para aumentar la capacidad de los mismos.