Fracaso social

18/08/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Es evidente que la sociedad española ha fracasado estrepitosamente con el futuro de los jóvenes leoneses. A los jóvenes les hemos pedido sacrificios, les hemos pedido que claven los codos en los estudios. Les hemos robado horas de ocio para que estudien más y más. Les hemos saturado de actividades extraescolares con clases de inglés u otros idiomas, con clases de música, con clases de informática. Les hemos dicho que la preparación y la formación les garantizan un futuro laboral digno. El soniquete es formación, aprendizaje y esfuerzo. Y cuál es el resultado que les ofrecemos, pues un futuro incierto, un futuro que su alto grado de formación y cualificación no les va asegurar por el momento.

Cómo es posible que los jóvenes mejor preparados de la historia no puedan emanciparse antes de los treinta años, lo que supone que sólo un 15,7% de los leoneses lo consiguen antes de esa edad. Con una tasa de paro de jóvenes del 39,9%, casi cuatro de cada diez jóvenes no tienen empleo. Con una tasa de temporalidad del 55,5%, es decir una clara mayoría de contratos temporales. Puede alguien pensar en su sano juicio, que con estos mimbres nuestros jóvenes puedan independizarse y mucho menos formar un hogar, o contribuir a incrementar la maltrecha tasa de natalidad existente en nuestro país.

Con queécara podemos mirar a nuestros hijos, a nuestros jóvenes que de forma sistemática están obligados a hacer las maletas y buscarse un futuro fuera de nuestra provincia, y eso ya valorando que es lo menos malo. Porque la triste realidad es que en el resto del territorio español están en una situación parecida. Por lo que es obvio que la única salida es marcharse fuera de nuestro país, a buscar otros nichos. Lo indeseable es que en la mayoría de los casos en otros países muchos encuentran trabajo, pero lo que no es menos cierto, es que les ofrecen trabajos con una vergonzosa precariedad laboral.

Se merecen acaso nuestros jóvenes este mercado laboral después de su gran esfuerzo. No es posible que estemos en la misma situación en la que se encontraron nuestros mayores, si los que ahora tienen entre 70 y 80 años, que andaban con las maletas a cuestas, como nómadas por el mundo.
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