‘Foto en ruinas’ y los talleres literarios

Por José Javier Carrasco

20/01/2021
 Actualizado a 20/01/2021
Manuel Cuenya.
Manuel Cuenya.
En el mes de junio de 2020 La Nueva Crónica, en colaboración con la Universidad de León, sacaba un libro de relatos titulado ‘El manantial de las palabras’, que reúne las narraciones de cuarenta y cinco autores leones, bajo el sello común de que todos han formado parte de los talleres literarios impartidos por la Universidad de León, tanto en la capital como en Ponferrada. El libro ha sido coordinado por Manuel Cuenya, profesor de esos talleres, que también realiza la presentación de la obra. Además de recomendar leer mucho, Manuel Cuenya pide a sus alumnos pulir los textos hasta conseguir ser precisos, con la mayor economía posible de medios, para expresar con sencillez lo esencial. Después dejarlos reposar como aconsejaba Antonio Pereira. La mayoría de los textos de esta antología se adecuan a esa economía de medios, a una exactitud de términos, a un lenguaje desprovisto de artificios retóricos. Cuarenta y cinco relatos dan para abarcar un amplio abanico de posibilidades temáticas. Hay relatos ambientados en la provincia de León, otros en lugares imaginarios, indeterminados, con temática variada: remembranzas, amorosa, erótica, sexual... Pero todos se ajustan a las recomendaciones de Manuel Cuenya. Nada parece sobrar ni faltar y el proceso de maduración, antes de dar salida al relato, se intuye en los cuarenta y cinco autores. Ignoro si los textos reunidos son ejercicios realizados en esos talleres, trabajos de algún modo condicionados para adecuarse a un programa preestablecido o aportaciones, al margen de las clases, de los propios autores. La función de los talleres literarios es proporcionar unas herramientas para ajustar la creatividad a unos patrones formales de idoneidad, y eso plantea la cuestión de qué margen queda para la espontaneidad, la libertad expresiva, si quienes acuden a esos talleres lo hacen para adquirir una cierta técnica que los equipare con escritores profesionales, aceptando una forma de filtro a la que se someten voluntariamente con la esperanza de dar a conocer sus creaciones , si solo lo hacen para ocupar un tiempo vacío, o como medio de profundizar, sin mayores ambiciones, en una actividad por la que siempre se sintieron atraídos y con ciertas dotes. Aunque escribir ficción es una tarea exigente, que no siempre es fácil de realizar. Como muestra ese relato, ‘Foto en ruinas’, de Rocío Rodríguez Herreras, una interesante forma de metaliteratura, nada pretenciosa, que escapa a la tónica general de la antología, donde, con humor y un lenguaje coloquial, el proceso de elaboración de un ejercicio para un taller de escritura avanzada de Cuenya es el motivo de la narración. En él queda reflejado el ambiente que de esos talleres o las recomendaciones que los participantes, casi colegas, se dan desinteresadamente entre sí. Una mirada reveladora, dirigida a la mecánica del proceso creativo, que rompe con el esquema del relato tradicional esperado.
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