Fornela salva su pan de cada día

Cierra el histórico obrador de Sorbeda, el único que suministraba a diario al valle, si bien el panadero ‘de siempre’, ha querido dejar la ruta solucionada a sus fieles clientes

D.M.
04/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Iván y Yoni, junto a unas vecinas de Fornela que compran el pan cada día. | L.N.C.
Iván y Yoni, junto a unas vecinas de Fornela que compran el pan cada día. | L.N.C.
Fornela se ha ganado su pan de cada día.Uno de los temas del momento en los pueblos del emblemático valle berciano que componen el municipio de Peranzanes era que la panadería de Sorbeda del Sil, en el valle de al lado, echa el cierre.

Es el negocio que lleva varias décadas suministrando el pan a diario a los vecinos de los pueblos de Fornela, pero ahora, Iván, el joven panadero que lleva cinco años al frente del negocio, cambia de actividad. Le ha surgido una oportunidad para su futuro laboral fuera de la panadería. Fuera del Bierzo. Y quiere aprovecharla. Así, dejará de subir a Fornela cada día a llevar el pan a los poco más de 60 vecinos que viven permanentemente en el valle durante todo el año.

Cuando la nieve no dejaba pasar, mandaban el pan por la línea de baldes del carbónIván de Arriba tomó hace aproximadamente un lustro el relevo de su padre, Paulino, el panadero ‘de toda la vida’ de Sorbeda del Sil, un personaje que se convirtió durante años, con su Land Rover de reparto y su gorra irlandesa, en parte del paisaje de Fornela, cuya bocina hacía salir a las plazas de lospueblos a casi todos los vecinos a recoger las barras y las noticias. «Ahora están mejor las carreteras y nieva menos» explica Iván, pero hace algunos años su padre se enfrentaba a las nevadas de la montaña cada invierno «y a veces, cuando ya no había manera de subir a Fornela, tenía que mandar el pan por la línea de baldes del carbón», recuerda.

Consciente de la importancia en el día a día, y del simbolismo que tiene un producto tan básico como el pan, Iván ha querido dejar bien entregadoel testigo. Por varios motivos. Uno «porque no puedes dejar sin su pan a la gente que durante todo este tiempo me ha acogido tan bien». Y otro «precisamente por mi padre -y generaciones anteriores de su familia, años atrás a caballo- que durante tantos años llevó el pan a los vecinos de Fornela. Para él es muy importante que quede cubierta la ruta».

Así, Iván de Arriba ha dado el relevo a otro joven empresario, Yoni Alfonso, de Panadería Rubio de Fabero, que desde esta semana se encarga de repartir el pan de cada día a los pueblos del valle, desde Cariseda hasta Guímara, pasando por Peranzanes, Chano y Trascastro.«Iván me preguntó si me interesaría la ruta, pero que si la cogía tenía que comprometerme para todo el año, como habían hecho en su familia. Porque en verano hay mucha gente en los pueblos, en vacaciones y fines de semana, también. Pero en invierno hay muy poca y a toda esa gente, lógicamente hay que llevarle el pan cada día».

Para un negocio pequeño como la panadería de Yoni «es verdad que supone un esfuerzo, posiblemente tendré que contar con una persona más», dice, para añadir la ruta de Fornela a todos los lugares donde ya reparte, la mayor parte de los pueblos de alrededor de Fabero. Pero está convencido de que merecerá la pena. Así, Yoni será el nuevo panadero de Fornela y en estos días Iván le acompaña para decirle dónde hay que parar en cada pueblo, quién coge el pan cada día, quiénsuele hacerlo cada dos días, a quiénhay que dejarle la barra en la puerta cuando no sale o quiénsuele hacer encargos de empanadas o dulces los fines de semana.

Y también para despedirse de los que han sido sus clientes y de su padre durante todos estos años. «Era emocionante porque hoy algunos vecinos incluso lloraban cuando Iván les dijo que no iba a subir ya a diario con su pan», dice Yoni. Y es que, como ambos reconocen «el pan es el pan». No se puede explicar de otra manera.

"Estos son los problemas reales de los pueblos, el pan de cada día", lejos de los grandes planes políticos sin resultado contra la despoblación El mismo alcance, tan básico pero tan significativo a la vez, tiene el pan para el alcalde de Paranzanes, Vicente Díaz. Así, un acto aparentemente tan cotidiano como que cambie el panadero es todo un símbolo para un valle como Fornela. «Es que la gente estaba muy preocupada, es normal, si se enteran de que ya no va a subir el panadero.Pero ellos lo han hecho muy bien, se han dado el relevo,han dejado la ruta cubierta y este muchacho viene con buenas ideas y con compromiso, así queeso es muy importante. Esperamos los vecinos que al menos lo haga tan bien como lo han hecho los de Sorbeda hasta ahora». Recuerda el alcalde que en el valle hay dos negocios de hostelería en Guímara y Peranzanes, que están funcionando muy bien, con lo que el panadero tendrá asegurados dos buenos clientes.

Pero más allá de esto, y aunque el asunto del pan siga garantizado en Fornela, al alcalde le sirve el tema para expresar que «esta es la verdadera realidad de estos pueblos, los problemas de la gente son estos, el pan de cada día».

Bastante lejos, parece, de lo que creen muchos políticos que desde las ciudades hacen grandes planes, promesas y proyectos contra despoblación de un medio rural que la mayoría ni conocen, ni pisan más que para una foto cada cuatro años.

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