30/09/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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Si no obligado, al menos parece lógico y útil dar a conocer a quien le interese (y por estadística deberían ser muchos) por dónde han de andar a lo largo del curso nuestras diócesis en cuanto a sus objetivos propios. Es lo que busca esta columna de hoy. Que, por otra parte, coincidirá en su sustancia con otras de todos los años por estas fechas. Vamos allá. Comencemos hoy por la Iglesia de Astorga, que se extiende por tierras de León, Orense y Zamora.

Tiene como marco amplio un Plan quinquenal (2017-2021) que pretende crear conciencia de ser «llamados a formar un nuevo pueblo». En este curso respirará dentro de la atmósfera de un año pastoral de la Santidad, que ha venido sugerido por celebrarse el IV centenario de la muerte de San Lorenzo de Brindis, religioso capuchino y doctor de la Iglesia, cuyos restos descansan en el convento de la Anunciada, en Villafranca. En ese sentido, se buscarán tres fines muy concretos (familiarizarse con la Exhortación «Gaudete et Exultate» sobre la santidad, del papa Francisco; conocer la vida y las obras de San Lorenzo y fomentar su devoción; y hacer memoria de los santos y beatos de la diócesis) y uno más genérico pero de un gran calado. Se enuncia así: «Proponer formas de vida y caminos de santidad actual para renovar en los fieles el deseo de vivir santamente». ¿De qué modo? Acciones pueden y deben ser muchas y variadas, según sean los diferentes niveles y grupos diocesanos. Para toda la diócesis se anuncian proyectos de convocar a cristianos ‘despiertos’ de cara a crear una Escuela de Evangelización, dar a conocer el Programa de Formación de Laicos según el modelo de la Acción Católica, programar tiempos de meditación y oración en Adviento y Cuaresma, celebrar un Encuentro de Voluntarios en la acción caritativa y social de la Iglesia y establecer unos criterios que orienten la reestructuración de la diócesis a partir de las conclusiones extraídas de la encuesta sociológico-pastoral que se realizó el curso pasado. En otro sentido, complementario en cuanto que prolonga algunas acciones del curso pasado, no se dejará de lado seguir consolidando y ampliando los Consejos Pastorales parroquiales, arciprestales y de los Centros de Atención Pastoral, y celebrar el II Encuentro de Cofradías y Hermandades que fortalezca la identidad cristiana de las mismas.

En tiempos recios, con el invierno a la puerta, no queda otra que, con el gesto viejo de nuestras tierras, escupir las manos, agarrarse al arado y tirar ‘p’alante’. Gracia, unión, ánimo y suerte.
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