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‘Fonevadón’

07/02/2015
 Actualizado a 13/09/2019
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Lo español es quejarse. Sin una buena queja parece que no estamos a gusto, oiga. Demostrado ha quedado una vez ‘mais’ con esto del temporal de frío y nieve que asola la región leonesa. O parafraseando los comics de Asterix: ¿Nieva en toda la provincia? No, en toda no. Hay una pequeña comarca al sur de la capital en donde no ha caído ni un copo. La Bañeza se llama. Astorga le sigue, donde a pesar de su altitud tampoco han visto demasiado el blanco elemento. Bien, pues mientras en el norte, este y oeste de la provincia se lamentan por los problemas que el temporal ha dejado, en el sur maldicen su mala suerte. Ni un triste muñeco con zanahoria han podido hacer. «Aquí solo llega el frío», dicen unos. «Será la azucarera que nos crea un microclima», apunta otro…

A todos los que añoran un poco de nieve, sean de La Bañeza o de Astorga, les recomiendo ir al pueblo de Foncebadón, o como se denomina estos días ‘Fonevadón’. Metro y medio de nieve espera al visitante que tenga un helicóptero o un hammer y pueda llegar. El alcalde, José Miguel Nieto, me comentaba estos días que prácticamente desde Rabanal del Camino en adelante la cosa está intransitable.

Claro, como todo, lo bucólico de la nieve da paso a una realidad más complicada. Un pueblo completamente incomunicado, con víveres suficientes pero con la espada de Damocles encima. Se preguntaba el regidor qué pasaría si cae alguien enfermo dentro del pueblo. Cómo se accede. Quién lo saca. Las máquinas quitanieves se quedan atrapadas y hace días que no pueden abrir paso. A la Siberia maragata solo puede acceder una fresadora, que a día de hoy no ha llegado. La Junta de Castilla y León, con un despliegue impresionante de medios, o eso dicen, resulta que la tiene que mandar desde Villablino… con un par sí señor.

Pero vamos a ver: ¿cómo es posible que no haya otra ‘fresa’ desde Laciana hasta Maragatería? Pues no la hay. Parece que las previsiones de material no han sido todo lo acertadas que se esperaba de una comunidad que vive el invierno como si estuviera al otro lado del muro de los Siete Reinos (Juego de Tronos). Eso por no hablar de los trabajadores de Fomento, o Junta o Diputación, que se desdoblan una y otra vez para atender con sus quitanieves una cantidad ingente de carreteras. 15, 16, 18 horas de trabajo seguidas, encima de un camión y con toneladas de nieve delante. Héroes del invierno diría yo.

Foncebadón, como muchas otras partes de la provincia, muestra algo muy interesante estos días. Lo salvaje del entorno. Lo agreste del invierno de montaña. El sufrimiento y la belleza en similares medidas. La capacidad de adaptación del ser humano. Para ver todo eso no hace falta irse a los fiordos noruegos ni a las estaciones en el Polo Norte. A 20 kilómetros de Astorga puede hallarlo sin problemas. Una cosa le pido al lector, si tiene una fresadora en el garaje llévela, seguro que después le invitan a una buena comida.
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