Finaliza la última fase de consolidación de los muros en Eslonza

La delegada territorial Ester Muñoz ha visitado los trabajos finalizados en esta tercera fase y cuya inversión ha ascendido a más de 44.000 euros

L.N.C.
09/02/2022
 Actualizado a 09/02/2022
Dos momentos de la visita de la delegada territorial a los trabajos finalizados en el Monasterio de Eslonza.
Dos momentos de la visita de la delegada territorial a los trabajos finalizados en el Monasterio de Eslonza.
La delegada territorial de la Junta en León, Ester Muñoz, ha recibido este martes las obras de la tercera fase de consolidación de los muros del Monasterio de San Pedro de Eslonza, en Gradefes. Unas actuaciones que completan la intervención realizada en años anteriores por el propio Ayuntamiento de este municipio, titular del edificio, y cuyo objetivo ha sido la recuperación de estas ruinas junto con el estudio arqueológico e histórico de sus restos.

En concreto, esta tercera fase de la intervención finaliza las tareas de apeo y consolidación de diversas estructuras murarias en estado precario, para garantizar su estabilidad y permitir el circuito de visitas turísticas en condiciones de seguridad.

Se ha realizado gracias a una inversión de 44.016,61 euros de la Consejería de Cultura y Turismo, cofinanciada con fondos FEDER, ejecutada por la Delegación Territorial. Las tareas de consolidación han sido realizadas por la empresa Celegromo S.L. El propio Consistorio ha sido el encargado de aportar el documento técnico redactado por Rodríguez Valbuena Arquitectos, equipo técnico que se ha encargado del diseño de los apeos y obras de consolidación en todas y cada una de las fases de intervención sobre este monumento.

En la memoria del proyecto se recoge una breve descripción de los valores históricos del edificio, así como el objetivo que se busca con esta actuación. Y es que el origen está en un primitivo monacato fundado por el rey García en el año 912 a orillas del río Esla. Destruido por Almanzor en el año 988, fue restaurado por la reina Doña Urraca en el año de 1099 y entregado a la orden de San Benito. Desde finales del siglo XV y hasta el siglo XVII se realizaron diversas intervenciones siendo casi reconstruido en su totalidad.

El conjunto presentaba la tipología habitual de los monasterios benedictinos: iglesia de planta de cruz latina y dos claustros en el costado sur, en torno a los cuales se desarrollaban las distintas dependencias del primitivo edificio mozárabe. Las ruinas que hoy se contemplan son las del edificio reconstruido en el siglo XVI según proyecto de Juan de Badajoz, que continuó posteriormente Juan López de Rojas y Juan del Ribero Rada. La iglesia fue terminada por Fray Pedro Martínez de Cardeña, siendo consagrada en el año 1719. En 1835 quedó abandonado tras la Desamortización. Entre 1949 y 1957, por deseo del obispo Almarcha, el arquitecto Juan Torbado trasladó diversas piezas del edificio a la nueva iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva de León, destacando su imponente fachada barroca.

El monasterio de San Pedro de Eslonza fue objeto de una intervención arqueológica en 2016, llevada a cabo en el marco del Proyecto de Adecuación y Consolidación de las ruinas del Monasterio, promovido por el Ayuntamiento de Gradefes y acogiéndose a la financiación con cargo al 1,5 por ciento cultural que el Ministerio de Fomento destina a la recuperación del patrimonio histórico. Esta actuación se centró en el desescombro de la iglesia y primer claustro con las estancias vinculadas al mismo. La intervención realizada permitió recuperar volumétricamente el ámbito de la iglesia, así como la portería contigua a la misma, el claustro y las galerías perimetrales entre otros.

Actualmente el edificio está incluido en la denominada ‘Ruta de los monasterios’ que incluye los monasterios de Santa María de Gradefes, San Miguel de Escalada, Santa María de Sandoval y San Pedro de Eslonza junto a la iglesia románica de Villarmún, que organiza el Ayuntamiento de Gradefes, casi todos ellos en el ámbito de su municipio. La visita será potenciada con la futura instalación de un mirador que permita una visión de las ruinas desde un punto elevado, mejorando así su contemplación.
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