23/06/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Este sábado, 23 de junio, es una fecha especial en el mundo de le educación de Castilla y León. Hoy, como cada año, comienzan las vacaciones para todos los alumnos no universitarios. Además, hoy también, miles de futuros profesores castellanos y leoneses se presentan a las tan esperadas oposiciones, pero este tema será motivo suficiente para un próximo artículo. En esta noche de San Juan los alumnos leoneses celebran el final de curso. Todavía no conocen las notas finales, pero ya han terminado el agobio de los exámenes. En estas fechas se acumulan los trabajos y problemas en un colegio o instituto.

Los alumnos han pasado un mes de junio estresados por los exámenes. Ahora están nerviosos esperando sus calificaciones. El día de la entrega de los boletines de notas es una fecha especial para ellos. Normalmente el tutor espera en el aula a los alumnos acompañados por sus padres. Yo los veía salir del instituto y en la cara podía adivinar sus notas. Desde las lágrimas hasta el estallido de alegría: «mire, director, qué notas». Nos despedíamos hasta septiembre. Unos con felicitaciones y otros con consuelos y ánimos.

Estos días de fin de curso para los profesores son una locura. Ellos también han pasado todo el mes de junio poniendo exámenes y, lo que es peor, corrigiéndolos. Es un trabajo arduo y no bien reconocido. Lo cómodo para el profesor es levantar la mano al corregir y evitar protestas y reclamaciones. Lo difícil, pero serio y profesional, es ser riguroso y justo. Casi seguro que se verá obligado a enfrentarse a las quejas y lamentos de sus alumnos, pero después de razonarles con cariño la nota, los muchachos no sólo lo entenderán, sino que terminarán apreciándole como buen profesor a pesar de su fama de recto y exigente. Es más fácil ser «profe guay» que profesor serio y justo, pero a la larga los alumnos ponen a cada uno en su sitio.

Por último, yo recuerdo el final de curso «enredado» con la Memoria. Es verdad que lo que no se evalúa se devalúa. Es verdad que es totalmente necesario examinar y evaluar todas las actuaciones realizadas a lo largo del curso para mejorar lo mejorable. Es verdad que la Programación General del siguiente curso debe basarse en el análisis realizado en la Memoria Final del curso anterior.

La Inspección nos pide que analicemos y valoremos minuciosamente todos los programas, las actividades extraescolares y los resultados académicos obtenidos en el curso. Todo ello por escrito y después de ser evaluado y debatido en el Claustro de profesores y en el Consejo Escolar. Como apéndice de esta Memoria General cada departamento realiza su propia memoria con la colaboración de todos sus miembros.

Además de toda la tensión, agobio y estrés de actividades citadas, en estas fechas de fin de curso se suelen celebrar las graduaciones de los alumnos que terminan la ESO o el Bachillerato y la fiesta de jubilación de los profesores que han entregado toda su vida profesional a los alumnos y al instituto y, en esta celebración, la comunidad educativa se lo agradece y reconoce.

Por si esto no fuera poco, por estas fechas, como indicaba al principio, cada segundo año se celebran las oposiciones. La mitad del Claustro de profesores está implicado, ya sean los interinos que se examinan o los de plantilla que deberán participar obligatoriamente en los tribunales.

La semana de fiestas de San Juan y San Pedro en los institutos suele ser demasiado animada y distraída, pero estresante. Se acumula el trabajo, se acumula el cansancio de todo el curso, se acumula el calor del verano y se acumulan las ganas de empezar las vacaciones.
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