28/08/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Pocos pueblos como Los Barrios de Ponferrada (Villar, Salas y Lombillo) han vivido una historia tan llena de altibajos, de saltos extremos entre periodos de ostentación y de decadencia. De profundos cambios que los hicieron pasar en poco tiempo de la riqueza al abandono, de la bonanza socioeconómica a las grandes migraciones como la provocada por una terrible plaga de filoxera a finales del siglo XIX, que arruinó su economía local basada en la viticultura.

Fue en la época de grandes producciones de vino, entre los siglos XVI y XIX, cuando Los Barrios alcanzó su esplendor. En esa época la riqueza se materializaba en bellas construcciones: casonas solariegas con escudos heráldicos o templos como la iglesia de Santa Colomba de Villar de los Barrios. Ese paisaje vivo dominado por extensos viñedos se marchitó súbitamente. Un bicho invisible, un insecto, perforaría las raíces de sus vides. Sin raíces, hambrientas y sedientas, las plantas se secaron y murieron. La plaga de la filoxera arrasó la vid y con ella la prosperidad y el futuro de Los Barrios.

La mayor parte de la gente emigró a América y los que quedaron tuvieron que esperar mucho tiempo hasta que la repoblación con vides traídas de Estados Unidos, la única variedad resistente a la filoxera, diera de nuevo sus frutos. La recuperación duró muy poco ya que a mediados del siglo XX sufrió la segunda oleada migratoria, pero en esta ocasión hacia países europeos. Finalmente, en 1980, el municipio de Los Barrios de Salas se anexionó al de Ponferrada. Parece que la historia de estos Barrios había acabado para siempre.

No fue así, la reciente declaración de Los Barrios de Salas como Bien de Interés Cultural (BIC) ha vuelto a poner de relieve la historia y los valores culturales de esta olvidada porción del Bierzo. La cultura está renaciendo de nuevo en Los Barrios. Este año se celebra la tercera edición del sugerente festival ‘Villar de los Mundos’. El festival contará con más de 20 conciertos y más de 50 artistas, siendo la mitad de ellos de fuera de la comarca. En él se podrá disfrutar de música, cine, artes plásticas y multitud de talleres.

Pero este boom cultural puede ser de nuevo efímero. Según sus organizadores «la falta de apoyo financiero por parte las administraciones hace que continuar con el festival sea una labor insostenible, está podría ser la última edición». De nuevo la crisis se ceba con la cultura. Una invisible ‘filoxera cultura’, perfora nuestras raíces y marchita cualquier forma de prosperidad y de futuro vinculado a la cultura.
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