03/07/2015
 Actualizado a 16/09/2019
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Se han ‘acabao’ las fiestas de San Joan y San Pere. ¡Menos mal!, ¡que alivio! Llevamos varios años, siempre a cuenta de la crisis, en que las fiestas de León son la excusa perfecta para irse a los Picos de Europa, a la playa de San Lorenzo, a Madrid, a ver el Prado, o, simplemente, para exiliarseen el pueblo y comer a cuenta del abuelo. ¡Ni adrede! Es imposible hacerlo tan mal.Los concejales de la cosa de fiesta debieron estudiar en los Maristas, porque aprendieron bien las lecciones del hermano Oso y del hermano el Rostro. «Por el dolor, hacia el placer». Pues sí, chico, sí. Las fiestas de aquí son un dolor y sólo ‘Podemos’ esperar una ventura mayor en el cielo, porque aquí, en la tierra, ni de coña. Estas fiestas están tocadas. Uno cree que las deberían suprimir y hacer de las de San Froilán las oficiales de la ciudad. Las distintas corporaciones de gobierno parece que tienen galbana de hacer algo por si mismos y dejan todo al albur de los feriantes de detrás del campo de fútbol, de las carpas de las asociaciones, de los puestos de tapas de detrás de la catedral y de los de comida rápida del parque de San Francisco. Estos, estamos en un país capitalista, entienden que lo de los precios es una variable de la economía de mercado y que, aprovechando que el Torío pasa por aquí al lado, se puede atracar a los viandantes que, hartitos de la calor, tienen necesidad de ingerir agua, cerveza o lo que suene a líquido. Una caña de 25 cl, en vaso de plástico, son 2,50 euros. Uno, en sus escasas entendederas, aplaude la jugada. Quien quiera, que lo pague y el que no quiera, que siga practicando lo que el maestro Pedro Trapiello llama las 3p: pipas, paseo y ‘pacasa’. Lo de las verbenas, mejor ni mencionarlo. Grupos de primer nivel, famososy gratis, sólo uno este año. Escasa cosecha. Parecido a lo de Ponfe...

Seguro que si alguno de mis amigos, de los que cobran por escribir en estas páginas, inquiere al ‘conejal’ de la cosa de que como es posible que se haga la cosa tan mal, éste, con cara de compungido responderá diciendo que estamos en crisis. A ver, es lo que le digo al presidente de mi pueblo, que siempre anda con estas monsergas de la falta de tela: con dinero, hasta el más tonto hace cosas. A parte del vil metal, existe una cosa que se llama imaginación. Cada fiesta echo más de menos a Miguel Delgado, que en paz descanse. A los del aiun‘’: preguntad quien era y lo que hacía. Salud y anarquía.
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