Félix Vidal: "El estreno en León de este documental es un ejercicio contra el olvido"

El funcionario leonés asume la producción ejecutiva del documental ‘La amarga derrota de la República’, que este martes se estrena en el Auditorio Ciudad de León dentro de las proyecciones fuera de concurso del VII Festival de Cine y Televisión ‘Reino de León’

Joaquín Revuelta
01/09/2020
 Actualizado a 01/09/2020
El leonés Félix Vidal con Patricio de Azcárate, protagonista del documental ‘La amarga derrota de la República’ que hoy se estrena en León.
El leonés Félix Vidal con Patricio de Azcárate, protagonista del documental ‘La amarga derrota de la República’ que hoy se estrena en León.
El Festival de Cine y Televisión ‘Reino de León’ incorpora este martes un nuevo escenario como es el Auditorio Ciudad de León, que a partir de las 21:30 horas acoge la proyección de los documentales ‘La amarga derrota de la República’, que ha realizado la periodista Rosa Brines y cuenta en la producción ejecutiva con el leonés Félix Vidal, y ‘Ciáboga’, de Iñaki Pinedo, dos trabajos que se enmarcan dentro de las exhibiciones paralelas previstas por el festival, que además de las proyecciones presenciales puede ser seguido online a través de Filmin.

‘La amarga derrota de la República’ ha sido producido por la Asociación de Amigos de la Fundación Juan Negrín, del que Félix Vidal es presidente y Rosa Brines su secretaria, y en el mismo se muestra la batalla del Ebro y los últimos días de la Guerra Civil Española, tomando como hilo conductor de la narración los testimonios de Patricio de Azcárate (Londres, 1920- Alicante, 2018), que participó como voluntario en el Ebro donde, debido a su conocimiento de los idiomas, pues era hijo del embajador de la Segunda República en Londres, Pablo de Azcárate, fue destinado al Estado Mayor y ejerció como traductor de los brigadistas.

Desde hace un año Félix Vidal reside en León, aunque durante muchos años trabajó como funcionario de la Generalitat Valenciana, comunidad donde se gestó este documental que ha podido verse en Las Palmas y Elda. «El documental es una producción de la asociación que yo presido pero que ha sido posible gracias a la colaboración de las instituciones valencianas, en concreto de la Generalitat, de la Diputación de Valencia, de la Universidad, del Ayuntamiento de Elda, de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, de la Fundación Juan Negrín de Las Palmas y de la Asociación Stanbrook. La génesis de este trabajo se asienta en la amistad que unía a Félix Vidal tanto con Patricio de Azcárate, fallecido hace dos años, como con otros miembros de esta ilustre familia leonesa. «Dada su avanzada edad, pues falleció con 98 años, me parecía importante recuperar y mantener la memoria de un personaje que había vivido tan en primera línea acontecimientos muy importantes de nuestra historia. La vida de Patricio de Azcárate y de la familia Azcárate da para mucho más que un documental, pero dada la limitación de recursos y posibilidades decidimos centrar el guión en la última fase de la Guerra Civil, que fue la batalla del Ebro hasta el final la contienda y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial», señala Vidal, que quiere reseñar el hecho de que Patricio de Azcárate nunca había vivido en España cuando decide participar como voluntario en el Ebro. «Patricio venía a España de vacaciones a Villimer, a la finca de los Azcárate, pero él creció y se educó en Ginebra, en un ambiente cosmopolita e internacional, donde su padre era un alto cargo de la Sociedad de Naciones, antes de irse a Londres como embajador de la República durante la guerra. Nos pareció interesante centrarnos en esa etapa», sostiene el productor ejecutivo de ‘La amarga derrota de la República’, que describe al joven Patricio de Azcárate como una persona muy concienciada políticamente, que de Ginebra se va a Londres con su padre y toda la familia cuando en septiembre de 1936 el gobierno de la República Española, ante la deserción del embajador de España en Londres, López Oliván, que se pasó al bando rebelde, se vio en la obligación de cubrir esa plaza y en principio era complicado porque los británicos no tenían mucho interés en que la República nombrara un embajador. El gobierno de la República pensó con muy buen criterio que si proponía alguna figura como la de Pablo de Azcárate, con el prestigio internacional que ya tenía, el gobierno de Londres no podía rechazar a Don Pablo como embajador. Y así sucedió». Félix Vidal recuerda que gran parte de la familia Azcárate estaba en España participando en la guerra del lado del gobierno de la República, como es el caso de Manuel, el hermano mayor de Patricio, que estaba en el frente. «Patricio, desde su atalaya internacional, tenía una visión de lo que estaba ocurriendo en España que no tenían todos. En Europa se veía la guerra en España como el primer conflicto de la guerra mundial. Su padre le instó a que antes terminara el Bachillerato suizo, con lo cual tuvo que regresar unos meses a Ginebra, al colegio para hijos de diplomáticos donde estaba matriculado, para terminar el curso, hacer el examen final y en mayo de 1938 venirse a Barcelona, que era cuando ya se estaba organizando la batalla del Ebro», recuerda Vidal. Su falta de experiencia militar y su amplio dominio de los idiomas le llevaría al servicio del jefe del Estado Mayor del nuevo Ejército del Ebro, José Sánchez Rodríguez, en calidad de intérprete para los muchos combatientes internacionales que luchaban en ese momento. «Durante los meses que duró la batalla del Ebro estuvo trabajando codo con codo con Sánchez Rodríguez, donde conoció de primera mano a los jefes de los cuerpos de ejército y donde tomó conciencia de la relevancia que para el futuro de la República tendría la batalla del Ebro, que al final se pierde y con ella la guerra».

Para Félix Vidal la figura del diplomático Pablo de Azcárate fue determinante en su condición de asesor del presidente Juan Negrín en materia de asuntos internacionales. «No era ministro, era su embajador en Londres, pero también su asesor y amigo, no solo durante la guerra sino después de la contienda, hasta el año 1945-46, cuando termina la Segunda Guerra Mundial y Negrín cesa de presidente. Pablo de Azcárate fue una de las dos personas de confianza de Juan Negrín, la otra sería el médico vallisoletano Marcelino Pascua, que fue embajador en Moscú y embajador en París al final de la guerra. Ambos fueron los dos pilares fundamentales en política exterior, porque no hay que olvidar que la guerra en España fue un conflicto internacional. Fue la primera vez que en el campo de batalla se batieron las potencias que después se batirían en la Segunda Guerra Mundial: la Unión Soviética, Alemania e Italia. Un conflicto internacional que estallaría a los pocos meses de darse oficialmente por finalizada la guerra en España», destaca Vidal, que tampoco quiere olvidar la conexión leonesa de Pablo de Azcárate como diputado por León y durante un breve periodo de tiempo patrono y administrador de la Fundación Sierra Pambley. Igualmente, con anterioridad a ser embajador en Londres y tras crearse la Sociedad de Naciones, fruto de uno de los acuerdos del Tratado de Versalles, a Pablo de Azcárate le contratan como funcionario en Ginebra y va escalando puestos hasta llegar a ser secretario general adjunto de esta institución.

El funcionario leonés y presidente de la Asociación de Amigos de la Fundación Juan Negrín explica que el hilo conductor del documental es la larga entrevista realizada en 2016 a Patricio de Azcárate, cuyo relato está contextualizado con las aportaciones de historiadores como Ángel Viñas, Jorge Ramos de la Universidad de Valencia y José Ramón Valero Escandell de la Universidad de Alicante. Además, se cuenta con el testimonio de Carmen Negrín, nieta de Juan Negrín, y se recurre a material documental recopilado de diferentes archivos de Europa y EEUU.

Rosa Brines, acreditada profesional de la televisión valenciana, asume la realización de ‘La amarga derrota de la República’, que se exhibe por primera vez el pasado 3 de febrero en Las Palmas, una fecha no elegida al azar al cumplirse el aniversario del nacimiento de Juan Negrín y con tal motivo la Fundación que lleva su nombre organiza actividades culturales que este año incluye el estreno de este documental, viéndose el 6 de marzo en Elda, otra fecha igualmente significativa por ser en la que el gobierno de la República sale de la localidad valenciana en varios aviones con destino a Toulouse. A partir de esa fecha y a consecuencia de la actual pandemia, el documental no ha vuelto a ser proyectado y es la capital leonesa la tercera plaza y en el marco de un festival cinematográfico donde volverá a exhibirse públicamente.

Félix Vidal se muestra muy ilusionado y expectante con el estreno en León de un documental sobre un miembro ‘discreto’ de la familia Azcárate, «porque Patricio nunca ocupó ningún cargo público, como su tío abuelo Gumersindo, como Don Pablo o como Justino, que fue ministro de la República. Pero me parecía importante estrenarlo aquí un poco como ejercicio contra el olvido de una familia que ha significado tanto en esta tierra durante los doscientos últimos años. Pienso que León ha sido un tanto cicatero con sus hijos más ilustres. Pablo de Azcárate no es el único.Me viene a la cabeza ahora Félix Gordón Ordás, que también fue presidente del gobierno de la República en el exilio. Se trata de intentar hacer una vacuna contra el olvido», declara Vidal, que se encargará de presentar el trabajo hoy martes a las 21:30 en el Auditorio Ciudad de León. «Estaré yo solo porque los amigos valencianos que iban a venir, Rosa Brines y los representantes de la Federación de Municipios y Provincias encabezados por Rubén Alfaro, alcalde de Elda y presidente de la Federación, no podrán hacerlo por la situación sanitaria existente, al haberse dado diversos rebrotes con varios hospitalizados. Un escenario complicado».
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