Fatiga social

Diez meses de pandemia han dejado contra las cuerdas no sólo la paciencia del ciudadano, al que además se responsabiliza de la evolución del virus, sino también de los profesionales sanitarios, que vuelven a llegar al límite con esta tercera ola

Es difícil pedir paciencia a quien se ha pedido ya tantos sacrificios y a quien se culpa de los repuntes
24/01/2021
 Actualizado a 24/01/2021
Diez meses después de que comenzara la pandemia, la fatiga, en algunos casos física y en todos mental, se deja notar tanto en los ciudadanos como, sobre todo, en los profesionales sanitarios. La tercera ola, por más que resultara perfectamente previsible, está superando todas las sospechas y está poniendo contra las cuerdas, una vez más, nuestro sistema sanitario, que a pesar de que ha ido ganando experiencia en el tratamiento y en los protocolos para enfrentarse al virus en los últimos meses se ve otra vez llevado a la máxima tensión. Esa tercera ola coincide en el tiempo con el reparto de las primeras dosis de vacunas, reparto que está resultando, como eran casi tan previsible como la propia tercera ola, polémico desde el punto de vista de los retrasos y de la aplicación de las dosis. La vacuna tardará en cualquier caso en dar resultados, como tardarán en dar resultados las nuevas medidas de restricción , por lo que es necesario mantener la calma y la paciencia, aunque sea eso precisamente lo que más empieza a escasear, pues es muy complicado pedir paciencia a quien ya se le ha pedido responsabilidad, sacrificio, disciplina y, en realidad, también se la ha culpado de la montaña rusa en que parece haberse convertido la famosa curva del maldito Covid-19. Queda lo más duro, queda lo último, por eso no debemos permitir que se doblegue nuestro ánimo.



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