Fapas pone la alerta tras la muerte de cuatro osos en el núcleo oriental

Indican que estos hechos, en poco tiempo, no deben tomarse como algo casual

Estefanía Niño
14/11/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Fotografía de archivo de un ejemplar de oso pardo en la Cordillera Cantábrica. | ICAL
Fotografía de archivo de un ejemplar de oso pardo en la Cordillera Cantábrica. | ICAL
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) alerta de la muerte de cuatro osos, en pocos meses, en el núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica. Desde la organización sin ánimo de lucro señalan que este tipo de sucesos han sido una constante "durante las últimas décadas, siempre, sucesos vinculados a entornos cinegéticos". Defienden que la localización de cuatro osos muertos en apenas pocos meses "no puede tomarse como un hecho casual, más, cuando al valorar los entornos donde han aparecido, se comprueba que se trata de terrenos cinegéticos o que aparecen muertos, después del inicio de la actividad cinegética".

En un artículo publicado en su página web, Fapas señala que "no es aventurado decir que Castilla y León hace la vista gorda ante los osos muertos en terrenos cinegéticos", al tiempo que señalan que otra circunstancia añadida es "la ausencia de información a posteriori que se localizan los restos". Aseguran que la estrategia de la Junta de Castilla y León se centra en la "información carente de rigor del número de osos, el incremento intencionado e inexistente del número de hembras reproductoras, lleva a creer que lo que sucede se produce en un territorio donde la evolución de los osos es francamente positiva y hay que aceptar estas situaciones". Finalmente, lamentan que en estos sucesos se cumpla otra característica, que es la "ausencia de información tras la recogida de los restos", señalando que las necropsias no son públicas o los procedimientos de tratamiento de los restos desconocidos.

En el artículo publicado en su web, Fapas analiza cada uno de los cuatros hallazgos de los últimos meses en el núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica. El primero de ellos, de sexo desconocido pero un ejemplar adulto, se halló el 14 de julio de este año en el municipio de Cillórigo de Liébana (Cantabria), en una zona que cuenta con la figura de protección de Parque Natural. Analizan que, además, el régimen de caza es de la reserva de caza del Saja, y la causa de la muerte del ejemplar es "desconocida". Asimismo, señalan que el centro encargado de la necropsia fue el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa y que "no se conocen los resultados".

El segundo caso es de un macho adulto cuyos restos fueron hallados el 5 de octubre de 2018 en el embalse de Requejada (Cervera de Pisuerga, Palencia). Se trata de un lugar también protegido como Parque Natural en el que el régimen de caza es la Reserva de Caza de Fuentes Carrionas. En su análisis, Fapas señala que los restos esqueletizados aparecieron en el vaso del embalse. El caso se derivó al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid y, matizan, "no se conocen los resultados".

El tercer caso es el de un ejemplar hallado el 27 de octubre de 2018 en Casasuertes, municipio de Burón (León), en una zona protegida como Parque Regional de los Picos de Europa en la que existe la Reserva de Caza de Riaño. Indican que el ejemplar fue hallado en "avanzado estado de descomposición", y fue trasladado al CRAS de Valladolid sin que se conozcan los resultados.

El cuarto ejemplar es un macho adulto que fue hallado el 8 de noviembre de Celada de Robledo (Cervera de Pisuerga, Palencia), en una zona protegida como Parque Natural y con reserva de caza. Sobre el estado del ejemplar, señalan que fue hallado "carroñeado por los buitres, y arrastrado por otro oso, pero no hay huesos roídos (piensan que puede ser del día anterior). Apareció en una pista, en zona de confluencia de los redondos, Brañosera". El ejemplar fue trasladado al CRAS de Valladolid.
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